La decisión del presidente de Cataluña, Joaquim Torra, de integrar su gabinete con ministros que no se encuentren en prisión ni en el exterior llevó a que el gobierno de España se manifestara ayer dispuesto a terminar con la intervención del Ejecutivo regional. Antes, Torra había designado a dos dirigentes que fueron procesados con prisión por su participación en la iniciativa independentista catalana y a otros dos que se fueron a Bélgica para evitar su detención. Ayer la Generalitat aclaró que esos cuatro políticos manifestaron que se sienten ministros “legítimos” pero quieren “formar parte de la solución y no del problema”.