El grupo farmacéutico Bayer anunció ayer que suprimirá la marca Monsanto después de la compra de ese gigante estadounidense de agroquímicos, que se cerrará este jueves por 63.000 millones de dólares. La empresa informó en un comunicado que ya había obtenido todas las autorizaciones necesarias para materializar la transacción y manifestó que ampliará su capital en 7.000 millones de dólares para financiarla.

“Monsanto como nombre de empresa no será mantenido”, manifestó Bayer, si bien las marcas de los productos vendidos por esa compañía van a conservarse. El grupo alemán no justificó la supresión del nombre de Monsanto, pero distintos analistas la atribuyen a la mala imagen que tiene la fabricante de plaguicidas y transgénicos.

De hecho, desde el anuncio de la fusión, en mayo de 2016, activistas y defensores del medioambiente impulsaron protestas en varios países para manifestarse contra la operación y presionar a las autoridades europeas para que la impidieran. Las organizaciones ambientalistas cuestionan la actividad agroindustrial y agroquímica de Monsanto que, denuncian, atenta contra la salud pública y la biodiversidad. Sin embargo, la Unión Europea dio su visto bueno a la fusión en marzo de este año.

“Vamos a escuchar a los que nos critican y vamos a trabajar juntos [...] pero el progreso no debe detenerse por el fortalecimiento de los frentes ideológicos”, dijo el presidente de Bayer, Werner Baumann, en un comunicado. “La adquisición de Monsanto es un hito estratégico para fortalecer nuestra cartera de negocios de salud y alimentación”, agregó.

Para cumplir con las condiciones establecidas por las autoridades reguladoras, Bayer ha tenido que vender algunos negocios por 8.800 millones de dólares a su principal rival, la empresa alemana de químicos BASF. Por ejemplo, vendió todo su negocio de hortalizas y algunos tratamientos para semillas por 1.900 millones de dólares. También hizo el traspaso de tres proyectos de investigación en el área de herbicidas. Antes, la empresa alemana había vendido a BASF por 6.900 millones de dólares el negocio de glufosinato de amonio, un herbicida que se utiliza para controlar la resistencia de las malas hierbas.

Aunque a partir del jueves Monsanto ya no existirá como empresa, la integración entre esta y Bayer recién comenzará en cuanto se cierre la venta de negocios a BASF, algo que –se estima– ocurrirá dentro de dos meses. Una vez que finalice este trámite, empezará a funcionar la “nueva” Bayer, que tendrá en total 115.000 empleados.