La Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestó ayer su “profunda preocupación” por la situación de violencia en Nicaragua. Su relator especial sobre la situación de defensores de derechos humanos, Michel Forst, cuestionó en particular “el uso excesivo de la fuerza por parte del cuerpo de seguridad” y de los “grupos armados progubernamentales” en contra de las manifestaciones “pacíficas”. En un comunicado, Forst también advirtió que hay defensores de derechos humanos nicaragüenses “que alegan ser objeto de campañas de intimidación, hostigamiento y estigmatización desde el inicio de las protestas” que se han intensificado en los últimos días. “Varios han señalado que temen por sus vidas”, agregó.

El comunicado de la ONU se emitió mientras algunos países cercanos a Nicaragua reclaman que el gobierno termine con la violencia y adopte medidas para superar la crisis. El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, dedicó su primer discurso ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) a advertir que la situación en Nicaragua es “cada vez más grave” e instó al gobierno de Daniel Ortega a que cumpla con las recomendaciones presentadas hace semanas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Por su parte, la cancillería colombiana llamó al Ejecutivo nicaragüense a detener “el derramamiento de sangre de la población” y a “la reanudación urgente del diálogo”. También México se pronunció, exhortando a un “cese inmediato” de la violencia contra los manifestantes por parte del gobierno y a “retomar con urgencia el diálogo nacional”.

Estos llamados fueron divulgados ayer, después de una intensificación de la violencia en Nicaragua hacia quienes se manifiestan desde el 18 de abril en contra del gobierno de Ortega y exigen su renuncia. El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) informó que ya son 146 los muertos como consecuencia de la represión, que ha recrudecido en los últimos días. En varios barrios de Managua, decenas de policías irrumpieron a balazos el lunes para desmovilizar a personas que mantenían protestas instaladas en las calles. En Las Maderas, al norte de la capital, la Policía Nacional y grupos parapoliciales utilizaron sus armas para desarticular el bloqueo de una ruta por parte de trabajadores rurales.

Este tipo de ataques son reportados continuamente por opositores, activistas o el Cenidh, entre otros. Ayer se reportaban ruidos de balaceras y ataques dirigidos ya no a las universidades ocupadas, como sucedía la semana pasada, sino a terminar con los bloqueos de las carreteras del país. Esto se suma a otras denuncias, acerca de que la Policía impedía a los heridos llegar al hospital y de que aumentó el número de personas que no se sabe dónde se encuentran, si están detenidas o si murieron.

Los bloqueos de rutas se ampliaron esta semana, después de que durante el fin de semana se redujeran las perspectivas de que se retomara el diálogo entre el gobierno y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que reúne a sectores civiles opositores, con la Conferencia Episcopal de Nicaragua como mediadora. El viernes los obispos le enviaron una carta a Ortega en la que le pedían que diera señales de “democratización” con miras a retomar las conversaciones. El mandatario pidió 48 horas de “reflexión”, pero hasta ayer no había dado ninguna respuesta.

Con perspectivas negativas acerca de un regreso del diálogo, distintos sectores llamaron a la desobediencia civil y al paro general, medidas que adoptaron de distinta manera. Por ejemplo, en el noroeste de Nicaragua, en la ciudad de León, de 400.000 habitantes, hubo un paro general que implicó la suspensión de todas las actividades sociales y comerciales y la instalación de barricadas en las calles para evitar el ingreso de las fuerzas de seguridad. Un paro de este tipo ya se había hecho en la ciudad de Masaya, que antes de esta crisis política era considerada, al igual que León, un bastión sandinista. Por su parte, agrupaciones campesinas optaron por el corte de rutas que mantienen detenidos a miles de camiones que en muchos casos trasladaban productos de primera necesidad como alimentos y medicamentos, informó la agencia de noticias Efe.

Anoche medios nicaragüenses como el diario La Prensa informaban que Ortega habría ofrecido adelantar las elecciones presidenciales previstas para 2021. El líder del Movimiento Campesino Anticanal e integrante de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, Medardo Mairena, dijo que Ortega hizo esta oferta en una reunión mantenida durante el fin de semana con miembros del Senado de Estados Unidos y la embajadora de ese país, Laura Dogu, quien le habría dado la información.