Empezó la cuenta regresiva para las elecciones del 1º de julio en México, en medio de una violencia que no da señales de amainar. La alerta por la situación, que está instalada desde hace meses, se renovó el sábado. Ese día, tres políticas fueron asesinadas y un dirigente fue hallado muerto; hasta ayer se desconocían las causas de estas muertes.

En la ciudad de Juchitán, estado de Oaxaca, encontraron el cuerpo de Pamela Terán, que se postulaba como candidata a edila por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). Según informaron las autoridades locales, Terán –que era la encargada de Energía en la municipalidad de Juchitán pero había solicitado licencia para postularse a las elecciones– murió como consecuencia de los balazos que recibió cerca de las tres de la madrugada del sábado, cuando viajaba en una camioneta junto a la fotógrafa María Soledad Cruz y el conductor Alberto Jiménez, que también murieron. La reportera gráfica trabajaba en un medio de la capital de Oaxaca y había sido enviada a Juchitán para cubrir la campaña del candidato del PRI a la presidencia municipal, Hageo Montero, de la que formaba parte Terán.

Durante la misma madrugada, pero en el estado de Puebla, fue asesinada a balazos Juana Iraís Maldonado, candidata a diputada del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) por el distrito local de Huauchinango. Junto a ella, falleció también Érika Cázares, encargada de Salud, Asistencia Pública, Ecología, Medio Ambiente y Juventud del municipio de Juan Galindo y colaboradora de Maldonado. Los cuerpos de las dos dirigentes, que volvían de un acto de campaña, fueron hallados en un auto.

En paralelo, también el sábado, apareció en Cancún el cadáver del coordinador general electoral del PRI, Miguel Ángel Loo Calvo, quien había sido reportado por su familia como desaparecido el 30 de mayo. El cuerpo de Loo Calvo fue localizado en una camioneta y no presentaba signos de violencia.

Tanto la muerte del dirigente del PRI como los asesinatos que tuvieron lugar el sábado están siendo investigados por las fiscalías locales, informó el diario mexicano La Jornada.

Después de condenar los crímenes, los candidatos locales de cinco partidos en Oaxaca –PRI, PVEM, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Partido Social Demócrata, Partido Unidad Popular– suspendieron la campaña hasta que existan garantías de seguridad.

Desde el inicio del proceso electoral –en setiembre de 2017– hasta el sábado, se registraron 382 “agresiones globales” contra políticos y candidatos mexicanos, según el Informe de Violencia Política en México 2018 de la consultora Etellekt. De ese total de agredidos, 110 fueron asesinados y 119 sufrieron amenazas o actos de intimidación. En la lista de asesinados hay precandidatos, candidatos, alcaldes, ex alcaldes, encargados locales, militantes, dirigentes partidarios, diputados, concejales y ex concejales. De acuerdo con el estudio de Etellekt, 17 eran mujeres.

Tras los asesinatos del sábado, el Instituto Nacional de las Mujeres de México exigió a las autoridades locales y nacionales que investiguen los casos “de manera inmediata con perspectiva de género” y que “sancionen a los responsables de tan lamentables hechos”. A la vez, el organismo exhortó “a la sociedad en su conjunto a erradicar cualquier forma de violencia contra las mujeres y a promover un profundo cambio cultural en el que la igualdad, el respeto, la tolerancia y la no discriminación permitan construir mejores espacios libres de violencia”.

A fines de abril, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales informó que, desde 2016, se registraron 200 casos de violencia política contra mujeres. El titular del organismo, Héctor Díaz Santana, aseguró que “las mujeres que aspiran a ocupar cargos de elección popular” son víctimas de una violencia “que expresa la misoginia política, los resabios de una cultura de ofuscamiento que niega, hasta por violencia extrema, la participación de la mujer”.

Luego de enterarse de las muertes del sábado, el candidato del PRI a la presidencia de México, José Antonio Meade, escribió en Twitter: “Pondré fin a la violencia de género y a la violencia política. Yo estoy con la Justicia y el Estado de derecho. No a la amnistía a criminales”.

El informe de Etellekt reveló que el partido de gobierno es el que registró más asesinatos (37) desde setiembre. Le siguen el Partido de la Revolución Democrática (18), el Partido de Acción Nacional (13) y Morena (9), cuyo aspirante a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, continúa como favorito en la carrera electoral.