La dirección del Partido Justicialista (PJ), desplazada y reemplazada por una orden judicial contra la que ya apeló, se reunió el viernes en el gimnasio de Ferro Carril Oeste. En el encuentro, al que no fueron invitados los interventores, se aprobó la creación de una Comisión de Acción Política que buscará “la unidad” del PJ con miras a las elecciones de 2019. Fue designado para estar al frente de dicha comisión el desplazado presidente del PJ, José Luis Gioja. El organismo fue completado con otros integrantes de la dirección desplazada del partido.
Se trató de un encuentro que contó mayoritariamente con referentes del kirchnerismo y que, a diferencia de otros anteriores, no tuvo presencia de gobernadores peronistas no kirchneristas, como el de Salta, Juan Manuel Urtubey, o de dirigentes del Frente Renovador. Algunos de los presentes justificaron estas ausencias señalando que no se trató de un encuentro de reunificación como otros que se han convocado en los últimos meses y que contaron con mayor diversidad de participantes, sino de una reunión del PJ con una impronta más de interna partidaria. Otros, en un tono más duro, dijeron que los gobernadores del PJ no asistieron para evitar un enfrentamiento con el gobierno de Mauricio Macri.
En el encuentro muchos oradores dedicaron críticas al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que fue anunciado el jueves por el gobierno. “Es una muy mala noticia para todos los argentinos”, dijo el jefe de diputados del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, uno de los principales oradores de la noche. “Va a traer un profundo dolor y daño en el tejido social de los argentinos”, agregó.
Enemigo común
Dirigentes de otros sectores políticos también criticaron el acuerdo. La líder de la bancada de diputados del Frente Renovador, Graciela Camaño, dijo que el préstamo “permite presagiar” que Argentina “seguirá en el proceso de ajuste” impulsado por el gobierno desde “el primer momento”. Por su parte, la ex diputada Margarita Stolbizer, líder de Generación para un Encuentro Nacional, opinó que el crédito “llega no por fortaleza sino por debilidad”. La dirigente criticó que el gobierno quiera “convencer de que el préstamo es en buenas condiciones cuando depender del FMI tiene su aspecto más complejo en la concesión de soberanía”, porque el organismo “va a decir qué leyes hay que ir a aprobar”.
Por su parte, dirigentes oficialistas aplaudieron la firma del acuerdo, que fue presentado por ellos y por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, como una demostración de confianza de “la comunidad internacional” en la economía argentina y las medidas que ha adoptado el gobierno de Macri.
Sin embargo, la única medida concreta que ya se implementó desde que se alcanzó el acuerdo no tuvo el impacto anunciado por el gobierno. El Banco Central cesó el viernes las operaciones que hacía para intentar sostener el precio del dólar en 25 pesos argentinos. El presidente del organismo, Federico Sturzenegger, dijo el jueves que ya no sería necesario porque se esperaba una menor demanda de dólares tras el anuncio del acuerdo. Sin embargo, el viernes la divisa volvió a subir y alcanzó un nuevo máximo, 26 pesos, lo que implicó una depreciación de la moneda argentina de 1,7% en un solo día.
El acuerdo también impactó en la popularidad de Macri, según una encuesta que hizo el Centro de Estudios de Opinión Pública para el diario Página 12. El estudio indica que tres de cada cuatro argentinos consideran que el préstamo es perjudicial para el país, y dos de cada tres desaprueban la gestión del gobierno de Macri.
Varios diputados opositores llamaron en redes sociales a unirse para exigir que el acuerdo pase por el Congreso y así rechazarlo, pero son los sindicatos y los movimientos sociales los que enfrentarán primero al gobierno por esta decisión. Para el jueves fue convocado un paro general en contra del ajuste y del préstamo, aunque el gobierno está operando para restarle fuerza.
La Central de Trabajadores de la Argentina es la mayor organización detrás de esta convocatoria, que la Confederación General del Trabajo (CGT) todavía evalúa si apoyará. El respaldo de la CGT parecía probable el jueves, antes de que sesionara el directorio de la central para tomar una decisión, pero el gobierno la convocó a una reunión en la que le anunció que mejoraría las condiciones salariales en el sector privado. El intento del gobierno de desarticular ese apoyo a la medida parece haber funcionado, por lo menos para demorar la decisión: la CGT anunció que se reunirá recién mañana para definir si convoca a parar, y todavía queda por verse para cuándo lo haría.