En 2012 Charlie Craig y David Mullins fueron a la pastelería de Jack Phillips en Denver, Colorado, para encargar una torta para su casamiento. Phillips se negó a hacerla por motivos religiosos y la pareja llevó el caso ante la Comisión de Derechos Civiles y después ante la Justicia, hasta que llegó a la Corte Suprema. El máximo órgano judicial de Estados Unidos respaldó a Phillips por siete votos a favor y dos en contra. Mientras que Craig y Mullins defendían su derecho a no ser discriminados, la defensa de Phillips argumentó que el cocinero se negó porque ese encargo iba en contra de sus convicciones religiosas.
El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se manifestó “encantado” con el fallo del tribunal y dijo que “la Primera Enmienda prohíbe a los gobiernos discriminar a los ciudadanos por sus creencias religiosas”.