El abogado Giuseppe Conte se prepara para ser electo primer ministro en la sesión de hoy del Congreso italiano. Conte fue el nombre presentado para el cargo por el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte, en una propuesta que llevaron la semana pasada al presidente, Sergio Mattarella, y que finalmente cayó después de que este último vetara la designación como ministro de Economía de Paolo Savona, euroescéptico y contrario a la moneda común europea.
Tras un intento fallido de Mattarella de formar un gobierno tecnócrata hasta diciembre, el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte ofrecieron retomar las negociaciones y cambiar de cargo a Savona para evitar un nuevo veto. Tras una resistencia inicial del líder de la ultraderechista Liga Norte, Matteo Salvini, finalmente se llegó a un acuerdo y se propuso nuevamente a Conte como primer ministro.
Conte se reunió ayer con Mattarella y le presentó su nueva lista de ministros, que sigue incluyendo a Savona aunque ahora para liderar el Ministerio de Asuntos Europeos. Tras recibir ayer el visto bueno de Mattarella, Conte y sus ministros jurarán hoy y la semana próxima se someterán a la votación en ambas cámaras del Parlamento para someterse a la votación en la sesión de investidura. Como los partidos que lo respaldan tienen la mayoría parlamentaria, se da por descontado que serán confirmados en sus cargos.
El nuevo Ejecutivo contará con la presencia de algunos de los políticos más votados en las elecciones del 4 de marzo. Luigi Di Maio, el líder del Movimiento 5 Estrellas, que fue el más respaldado en los comicios, será el titular de un nuevo superministerio que reunirá a las carteras de Desarrollo Económico, Trabajo y Bienestar Social. Por su parte, Salvini se convertirá en ministro del Interior. A su vez, los dos serán vice primeros ministros.
De esta forma, Di Maio y Salvini liderarán las carteras que tienen a su cargo las tareas que consideraron fundamentales durante la campaña electoral. Di Maio insistió con la necesidad de terminar con el empleo precario y de trabajar para mejorar la situación de quienes están desocupados. Salvini, por su parte, expuso durante la campaña un discurso xenófobo en el que insistió en la expulsión de los inmigrantes ilegales, y ayer lo reiteró. “Mandarlos a casa será mi prioridad”, dijo, antes de agregar que “habrá puertas abiertas en Italia para la gente buena, pero un pasaje de vuelta para quienes vienen a armar lío y quieren ser mantenidos de por vida”.