“Mirando al futuro hemos tomado una decisión. Hay momentos en los que uno tiene que retirarse”, dijo ayer el ministro de Cultura y Deporte de España, Màxim Huerta, que asumió el cargo una semana antes. “Me voy para que el ruido de la jauría no rompa el proyecto de [el presidente del gobierno español] Pedro Sánchez”, agregó.
Huerta renunció al cargo porque se supo que cometió fraude fiscal en los ejercicios 2006 y 2008, por 218.000 euros, y que por esto tuvo que pagar 366.000. “He pagado esta multa dos veces; la primera pagando con efecto retroactivo la multa de algo que no era entonces ilegal y la segunda, aquí, ahora”, dijo.
A lo largo del día, el respaldo del gobierno a Huerta comenzó a debilitarse, al mismo tiempo que las redes sociales y la prensa española recordaban ayer las declaraciones en las que Sánchez aseguraba, en 2015, que quien creara una empresa para evitar el pago de impuestos “estaría fuera” de su gobierno.