Tres días después de destituir a Mariano Rajoy mediante una moción de censura, y ya instalado en La Moncloa, el nuevo presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, trabaja en los puntos prioritarios de su programa de gobierno y en la conformación de su gabinete, del que se conocen muy pocas pistas.

El secretario de organización del ahora gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Ábalos, dijo el fin de semana que el gobernante quiere terminar de diseñar el esquema general de su gobierno antes de definir los nombres de quienes lo integrarán. Se espera que el propio Ábalos aparezca en esa lista, así como la vice secretaria general del PSOE, Adriana Lastra, dos de las personas más cercanas a Sánchez.

Sobre el esquema en sí, se sabe apenas un poco más. Durante el debate de la moción de censura, la semana pasada, el líder socialista prometió que intentaría cumplir todos los compromisos políticos que asumió durante la última campaña electoral. Uno de ellos es la recuperación de los ministerios de Igualdad –que creó por primera vez el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero–, de Cultura –que desapareció durante el gobierno del Partido Popular (PP) de Rajoy– y el de Industria.

En más de una ocasión, Sánchez aseguró que, de liderar un gobierno, estas tres áreas formarían parte del esqueleto de su gabinete y no serían absorbidas por otros ministerios. Fuentes del PSOE consultadas por el diario Público dieron este cambio por “seguro”.

En cuanto a las prioridades de la agenda de Sánchez, se prevé que giren en torno a tres cuestiones principales: responder a las demandas sociales, tramitar gran parte de las iniciativas vetadas en el Congreso en estos meses e iniciar un diálogo con el gobierno de Cataluña. Respecto de esto último, Sánchez ya anunció como primer paso que se reunirá con el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra.

Entre las iniciativas vetadas que el PSOE pretende impulsar aparecen la derogación de Ley de Seguridad Ciudadana –conocida como “ley mordaza”–, la ampliación de las indemnizaciones a las víctimas de la dictadura franquista en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, y el progresivo cierre de las centrales nucleares.

En el terreno social, Sánchez prometió promover políticas a favor de la igualdad de género. En ese sentido, aseguró –entre otras cosas– que trabajará por una Ley de Igualdad Salarial entre hombres y mujeres e implementará “todas las medidas” que integran el Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

El nuevo presidente también deberá responder a algunas de las demandas de su principal partido aliado en el Congreso, Podemos, relacionadas con el salario mínimo, la igualdad en los permisos de maternidad y paternidad y la aprobación de una ley de vivienda.

No le será fácil: con 84 diputados en un Congreso de 350, Sánchez presidirá el gobierno con menor representación parlamentaria de la historia. Pero, además, lo hará con una oposición dividida entre las exigencias de Podemos y de los independentistas catalanes –ambas bancadas fundamentales para que pudiera prosperar la moción de censura– y liderada por el desbancado PP, que sigue ocupando la mayoría de los escaños.

El líder del PSOE asumió oficialmente su cargo el sábado, en una ceremonia ante el rey Felipe VI en la que pidió específicamente que retiraran los símbolos religiosos que históricamente están presentes en ese acto.