La Fiscalía de la ciudad de Rancagua citó al arzobispo de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati, para que preste declaración en calidad de imputado “por la eventual responsabilidad que podría caber en el delito de encubrimiento” de casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes. La convocatoria llega después de que el diario El Mercurio diera a conocer el domingo una carta recibida por Ezzati, escrita en 2013 por el entonces obispo de Rancagua y presidente de la Comisión Nacional de Prevención de Abusos, Alejandro Goic, que fue incautada durante un allanamiento de la Diócesis de Rancagua.

En la misiva, Goic le manifiesta “con profundo amor” a Ezzati su inquietud por la manera en que maneja las acusaciones de abuso sexual que ya se hacían en ese entonces, en particular contra el sacerdote Fernando Karadima. “Quiero [...] expresarte algunas preocupaciones. Lo que tú dices y lo que tú haces repercute en toda la Iglesia en Chile”, escribe Goic, antes de entrar en “dos temas de preocupaciones”: el ejercicio de la autoridad y “el tema de los abusos en la iglesia”.

Acerca de este último asunto, Goic recuerda que Ezzati recibió a las víctimas de abusos de Karadima que hicieron las primeras denuncias, pero indica que más adelante hubo un cambio de actitud. Dice que tiene “la impresión” de que no comparte los criterios de la Comisión Nacional de Prevención de Abusos “en estos delicados temas” y que integrantes de la comisión “manifiestan su disconformidad frente a algunas situaciones” que han compartido con Ezzati.

En la carta Goic da por hecho que los abusos sexuales se cometieron y subraya que “gracias a Dios” se tiene consciencia de que estos son “no sólo un pecado gravísimo, sino también un delito ante la ley civil”. Agrega: “Nadie hoy puede mantener en silencio los abusos de menores”. En ese entonces esa perspectiva no era compartida por la Conferencia Episcopal de Chile ni por Ezzati, que ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por agrupaciones de víctimas por haber encubierto los delitos y obstruido las investigaciones judiciales.

La citación de Ezzati, máxima autoridad de la iglesia católica en Chile, se produce dos semanas después de que fuera arrestado por abusos sexuales el sacerdote Óscar Muñoz, que formaba parte del círculo íntimo del cardenal y que fue canciller del arzobispado de Santiago. Muñoz está acusado de haber cometido abusos sexuales de forma reiterada sobre menores de edad desde 2002 y hasta enero de 2018, cuando se presentó ante la Justicia para autodenunciarse, después de renunciar a su cargo y antes de la visita del papa Francisco, que puso el foco en el accionar de la iglesia chilena.

Al conocerse la citación, Ezzati emitió un comunicado en el que manifestó su voluntad de colaborar con la Justicia y manifestó: “Tengo la convicción de que nunca he encubierto ni he obstruido a la justicia”. Sin embargo, la cantidad de casos de abuso que la Justicia está investigando en la iglesia chilena hace difícil pensar que, como máxima autoridad eclesiástica, no estuviera al tanto de ninguno de ellos. La Fiscalía chilena tiene abiertas 37 causas en las que está investigando a 68 personas, 36 de ellas sacerdotes y 22 trabajadores de la iglesia, informó la Unidad Especializada en Derechos Humanos, Violencia de Género y Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional chilena.

Estos 37 casos involucran a 104 víctimas, 52 de las cuales eran menores de edad al momento de los abusos, mientras en el caso de otras 43 personas esto todavía está por determinarse. Entre las causas abiertas, hay cinco que apuntan contra “superiores de congregaciones u obispos” por encubrimiento u obstrucción de la Justicia, indicó el titular de la fiscalía especializada, Luis Torres.

El caso de los encubrimientos en la iglesia chilena, denunciado hace años por las víctimas, fue el centro de la actuación del papa Francisco desde enero, cuando visitó Chile. La Justicia había intervenido anteriormente pero con pocos resultados, algo que ha cambiado en el último mes, durante el cual las investigaciones avanzaron. En este marco, la Fiscalía de Chile informó que pedirá al Vaticano sus informes internos sobre abusos sexuales para tener nuevos elementos.

A los abusos cometidos contra los fieles por la iglesia chilena, se sumó ayer una nueva denuncia. El programa de televisión Informe especial reveló que ex monjas de la ciudad de Talca también sufrieron abusos sexuales y lo denunciaron ante sus superiores en la congregación Hermanas del Buen Samaritano. Pero estos, en lugar de respaldarlas, las castigaron y expulsaron de la congregación.