El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat catalana, Joaquim Torra, protagonizaron ayer en La Moncloa su primer encuentro, en el cual pretendían reabrir el diálogo e intentar normalizar las relaciones. Las dos partes evaluaron, después de la reunión –que duró un poco más de dos horas y media– que la conversación fue “fluida”, “sincera” y “cordial”.

También hubo algunos acuerdos importantes. Uno es el de reactivar la comisión bilateral Estado-Generalitat, prevista en el Estatut (equivalente a una constitución regional), después de haber estado paralizada durante siete años. Además, Sánchez se comprometió a retirar los recursos interpuestos por el anterior gobierno, del Partido Popular, ante el Tribunal Constitucional contra varias leyes sociales catalanas, como las de renta básica, pobreza energética y universalización de la salud.

Por su parte, el presidente catalán trasladó el apoyo de su gabinete al gobierno de Sánchez en todas las iniciativas que impulse para restaurar la memoria histórica, así como en el proyecto para derogar la denominada “ley mordaza”.

“Hemos podido hablar de todo y hacía muchos meses que un gobierno español y un govern catalán no podían hablar de todo”, dijo Torra después de la reunión, desde el Centro Cultural Blanquerna, la sede de la Generalitat en Madrid. A unos metros de distancia, la vicepresidenta española, Carmen Calvo, coincidía en que los dos líderes acordaron mantener una comunicación “fluida” y aseguraron que no habrá “cortocircuitos” en las relaciones.

Sin embargo, no hubo coincidencias en las dos cuestiones de fondo de la reunión: la autodeterminación de Cataluña y la situación de los políticos catalanes que están presos desde el referéndum independentista del 1º de octubre de 2017.

Según Calvo, Sánchez fue tajante acerca de que “no hay margen” para la autodeterminación de Cataluña, ya que es un derecho que “no existe” en la Constitución española. Por su parte, Torra insistió en que “no renuncia” al derecho a la autodeterminación y tampoco renunciará “a ninguna vía” que logre la independencia catalana.

Sobre los dirigentes encarcelados, el presidente español y líder del Partido Socialista Obrero Español insistió en que “no son presos políticos”. Torra defendió la postura radicalmente opuesta después de la reunión: “En España sí hay presos políticos y así se lo he dicho a Sánchez”. El gobernante catalán agregó que mantenerlos encarcelados “es una indecencia jurídica”.

Las dos partes aseguraron que ya pactaron un segundo encuentro, que se celebrará en setiembre, esta vez en Barcelona.