Después de una semana de conjeturas en torno a quién sería el nominado para ocupar el puesto que dejó vacante Anthony Kennedy en la Corte Suprema, el presidente estadounidense, Donald Trump, finalmente anunció que su elegido es el juez Brett Kavanaugh. “Es un jurista brillante con un estilo de escritura claro y eficaz, considerado universalmente una de las mejores y más agudas mentes legales de nuestro tiempo”, dijo Trump el lunes de noche, al hacer el anuncio desde la Casa Blanca.

Kavanaugh, de 53 años, tiene un perfil más conservador que Kennedy, y, si llega a ser confirmado por el Senado, su presencia en el tribunal inclinaría la balanza hacia la derecha. Actualmente, la corte está formada por nueve jueces, de los cuales cinco son de derecha y cuatro son de tendencia progresista. Sin embargo, uno de esos cinco conservadores es Kennedy, considerado moderado.

El elegido por Trump, que ahora integra un tribunal de apelaciones federal en Washington DC, cuenta con el respaldo de un amplio sector del establishment del Partido Republicano. El magistrado –que estudió Derecho en la Universidad de Yale– es muy cercano a los ex presidentes Bush. Durante la presidencia de Bush padre, fue asistente del entonces procurador general, Kenneth Starr, y, como tal, tuvo un papel importante en la investigación que derivó en el impeachment contra el ex presidente Bill Clinton en 1998. Más adelante, con Bush hijo, fue asesor de la Casa Blanca, y su esposa, Ashley Estes, fue secretaria personal del gobernante entre 2001 y 2006.

“Mi filosofía judicial es sencilla: un juez debe ser independiente y debe interpretar la ley, no hacer la ley”, dijo Kavanaugh durante la ceremonia de nominación del lunes, en la que subrayó su fe católica. La oposición demócrata ya adelantó que no votará por un juez que, entre otras posturas conservadoras, ha defendido el derecho a portar armas y se ha mostrado crítico con algunas medidas de defensa del medioambiente. Pero el mayor temor es que el nuevo magistrado pueda mostrarse contrario a la sentencia que legalizó el aborto en el país en 1973. El líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, consideró ayer que su llegada al máximo tribunal pondría “en riesgo los derechos civiles, los derechos laborales, los medioambientales y los del colectivo LGTB”.

Pero Kavanaugh tampoco cuenta con la simpatía del ala más conservadora de los republicanos que, por ejemplo, ha criticado sus opiniones “ambiguas” sobre el uso de métodos anticonceptivos y su posición favorable a la reforma sanitaria del ex presidente Barack Obama. Estas reticencias pueden resultar un obstáculo para que los senadores que lo apoyan lleguen a 51, la mayoría simple que se requiere para designarlo.