El gobierno de Recep Tayyip Erdogan levantó ayer el estado de emergencia que regía en el país, algo que venía siendo reclamado desde hace tiempo por la oposición y varios países y organismos internacionales. El estado de emergencia fue renovado siete veces desde que fue decretado, el 15 de julio de 2016, después de que el gobierno denunciara un intento de golpe de Estado cívico militar en su contra.

Desde 2016 el gobierno ha argumentado que el estado de emergencia era necesario para contar con más elementos en la lucha contra “el terrorismo” que intentó derrocarlo por la fuerza, en particular contra los simpatizantes del líder islámico Fethullah Gülen, ex aliado y actual enemigo de Erdogan. El contexto ha permitido al gobierno aprobar decretos con fuerza de ley, suspender libertades y derechos fundamentales así como imponer nuevas obligaciones a los ciudadanos.

Si bien el estado de emergencia terminó, Erdogan busca imponer de forma definitiva las condiciones excepcionales en Turquía. El Congreso empezó a debatir ayer el proyecto de una nueva ley antiterrorista que prevé mantener varias de las restricciones vigentes hasta ahora. Se da por descontado que el texto será aprobado, ya que el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo y sus aliados tienen la mayoría en el Congreso.

El proyecto promovido por Erdogan, que está acumulando cada vez más poder desde los distintos cargos que ha ocupado en el Ejecutivo, prolonga el período durante el que la Policía puede mantener detenido sin cargos a un sospechoso y permite a los ministros despedir a los funcionarios de los que se sospeche que tienen vínculos con el terrorismo. Desde el supuesto intento de golpe de Estado han sido despedidos cientos de miles de funcionarios de todo rango, incluidos algunos designados en elecciones, acusados de ser seguidores de Gülen, y más de 100.000 personas han sido detenidas por su presunto vínculo con el terrorismo.

“Aunque el gobierno está tratando de disfrazar la situación como el fin del estado de emergencia, lo que realmente está sucediendo es que se está haciendo permanente”, aseguró el diputado opositor Ayhan Bilgen, del partido pro kurdo HDP.