Los atentados que se llevaron a cabo en la campaña electoral de Pakistán también opacaron ayer el día de la elección de integrantes del Parlamento, quienes definirán quién es el nuevo primer ministro. Murieron 31 personas y 32 resultaron heridas en un atentado suicida cometido cuando pasaba una camioneta policial frente a un colegio electoral. Estas muertes se suman a otras 180 que dejaron los ataques ocurridos durante la campaña, que fueron reivindicados por el Talibán y el grupo yihadista Estado Islámico.

Según las autoridades, a excepción del atentado, la elección se realizó con relativa normalidad, aunque los paquistaníes salieron a votar ayer con una fuerte presencia policial y militar en las calles. Sin embargo, antes de que se dieran a conocer los resultados oficiales, estos ya fueron cuestionados. La Liga Musulmana de Pakistán, el partido que actualmente gobierna y al que pertenece el ex primer ministro Nawaz Sharif, anunció que no aceptará los resultados porque durante el recuento de votos sus representantes fueron expulsados de los colegios electorales. La misma denuncia hizo el opositor Partido Popular de Pakistán, que también advirtió que si no hay respuestas de la Comisión Electoral no reconocerá los resultados.

El ex jugador de críquet Imran Khan encabezaba ayer el recuento de votos como candidato a primer ministro por Pakistán Tehreek-e-Insaf, un partido conservador que él mismo ayudó a fundar en 1996 y que ha tenido uno de los crecimientos electorales más rápidos del país.

Para la Liga Musulmana de Pakistán, las elecciones están arregladas y en la campaña electoral intervino el poderoso Ejército paquistaní. “Rechazamos los resultados”, dijo en conferencia de prensa el hermano de Nawaz Sharif, Shahbaz Sharif, actual presidente del partido. También cuestionaron la elección el presidente del Partido Popular de Pakistán, Bilawal Bhutto, y los líderes de Muttahida Qaumi Movement-Pakistán y Pak Sarzameen.

Por su parte, la Comisión Electoral negó que se hayan registrado irregularidades, mientras que el favorito para ganar las elecciones, el partido Pakistán Tehreek-e-Insaf, manifestó que no se opondrá a investigar las denuncias.

Khan fue el capitán de la selección nacional de críquet y llegó a la política hace más de dos décadas al presentarse como un líder ajeno al sistema político, con un discurso anticorrupción. Pese a la sorpresa y el descreimiento que generó su vuelco a la política, después de una mala elección inicial su partido comenzó a crecer. Khan promete un Pakistán que sea un “Estado de bienestar islámico” y promueve un diálogo con el Talibán, al igual que el actual gobierno, para buscar la pacificación del país.