Una declaración de culpabilidad y una condena que afectan a dos ex colaboradores del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aumentaron la presión sobre el Partido Republicano tres meses antes de que se celebren las elecciones legislativas, en las que la oposición demócrata buscará recuperar el control del Congreso.

Las dos decisiones judiciales tuvieron lugar el martes, casi en simultáneo. Por un lado, un jurado de Virginia declaró culpable de ocho cargos de fraude a Paul Manafort, el ex jefe de campaña del ahora presidente estadounidense. Por el otro, su ex abogado Michael Cohen admitió ser culpable de ocho delitos que incluyen evasión fiscal, fraude bancario y violación de normas sobre financiación de campañas electorales.

Cohen asumió la responsabilidad por estos cargos y podría estar encerrado en la cárcel durante años. Sin embargo, los delitos de financiación ilegal de campañas no lo afectan sólo a él, sino que involucran directamente a Trump.

El abogado reconoció haber hecho pagos de 150.000 y 130.000 dólares a dos mujeres que aseguraban haber mantenido relaciones con el entonces candidato a la presidencia, porque podían perjudicar su carrera a la Casa Blanca. Ante el jurado, afirmó que actuó “bajo dirección del candidato” y “con el objetivo principal de influir en las elecciones”.

El fiscal a cargo del caso, Robert Khuzami, dijo a la prensa que los dos pagos forman parte de una “contribución ilegal” a la campaña porque no fueron declarados y tenían la clara intención de favorecer al candidato republicano en el proceso electoral.

En una primera reacción en Twitter, Trump dijo ayer que los “dos cargos de violaciones en el financiamiento de la campaña” de los que se declaró culpable Cohen no constituyen “un delito”. Más tarde, en declaraciones al canal Fox, reconoció directamente que el dinero aportado para que las dos mujeres no hablaran procedía de su fortuna personal y no de sus fondos de campaña electoral. “De hecho, lo primero que pregunté fue si procedían de la campaña. Eso podría haber sido un poco turbio”, aclaró, aunque sin aportar pruebas.

Si bien los documentos judiciales no identifican a las mujeres, todos los detalles coinciden con los casos de la ex modelo Karen McDougal y la actriz porno Stormy Daniels. De hecho, en mayo Trump reconoció haberle dado 130.000 dólares a Daniels en un acuerdo de confidencialidad para acallar “acusaciones falsas” de que habían mantenido una relación.

En cuanto a Manafort, los delitos por los que fue condenado no tienen vínculo con su papel en la campaña de Trump, sino que refieren a negocios previos con líderes y oligarcas vinculados con Rusia, entre ellos el ex presidente ucraniano Víktor Yanukovich. La investigación sobre Manafort empezó en el marco de la llamada “trama rusa” sobre las sospechas de injerencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016 para favorecer a Trump.

Sobre la condena de Manafort, el mandatario dijo en Twitter que se sentía “muy mal” y agregó: “La ‘Justicia’ tomó un caso fiscal de hace 12 años, entre otras cosas, aplicó una tremenda presión sobre él y, a diferencia de Michael Cohen, él se negó a ‘quebrarse’ –inventar historias para obtener un ‘trato’–. ¡Gran respeto a un hombre valiente!”.

Mientras espera su sentencia, Manafort tendrá que decidir si buscará colaborar con los investigadores de la trama rusa para reducir la pena, tratará de ganarse un indulto del presidente o simplemente cumplirá la condena que le sea dictada.