Ayer se cumplió un año del día en el que vieron vivo por última vez a Santiago Maldonado, cuando participaba en una protesta de la comunidad mapuche que fue reprimida por la Gendarmería. Su cuerpo fue hallado 78 días después: flotaba en el río Chubut.

En noviembre, los 55 peritos y expertos que hicieron la autopsia concluyeron que Maldonado murió “debido a una asfixia por sumersión”, es decir, ahogado. Sin embargo, la Justicia argentina todavía no pudo detallar en qué circunstancias se ahogó. La principal evidencia de lo ocurrido consiste en los testimonios de los mapuches y de los gendarmes –que tienen inconsistencias– y tampoco se saben con exactitud el día y la hora de su muerte. La familia está lejos de considerar el caso como cerrado.

El hermano mayor de Santiago, Sergio Maldonado, recordó el martes que en esa autopsia el equipo de forenses “no pudo responder ninguna pregunta, no podía determinar si había muerto el 1º de agosto, tampoco podía decir cuánto tiempo había estado en el agua, si fueron 78 días o no, y ni siquiera podía saber si había estado en el mismo lugar donde se lo encontró. No pudieron responder nada, sólo que la causa fue ahogamiento con ayuda de hipotermia; no se sabe cómo, cuándo, dónde”.

Y, una vez más, apuntó hacia el Estado como el responsable. En una conferencia que brindó desde la sede de la agencia Télam, Maldonado dijo que no tiene herramientas para afirmar que el cuerpo de su hermano fue plantado en el lugar donde se lo encontró, pero “sabe” que “no estaba donde lo encontraron”. Recordó: “Afirmaron que había estado en el mismo hábitat, pero el río es extenso. Cuando responsabilizo al Estado, lo hago porque primero dijo que nunca estuvo allí. Después la Prefectura fue el 5 de agosto y el 18 de setiembre y no lo encontraron, y mágicamente apareció el 17 de octubre”. Por eso, volvió a insistir en que “por error u omisión, o como quieran decirle, el Estado es responsable en cualquiera de los escenarios: al haber dicho los primeros días que no estaba ahí admitió que era desaparición forzada, no lo inventamos nosotros”.

Por otro lado, quiso responder a quienes siguen sosteniendo que Santiago se ahogó por accidente, ya que no sabía nadar. Ocurrió en un contexto en el que había “más de 130 efectivos de Gendarmería entrando en un territorio sin orden judicial [...] tirando balas de goma y de plomo. Son los responsables de que Santiago estuviera desaparecido. [...] Quien generó eso es el Estado con la Gendarmería”, denunció. En la misma línea, dijo que el juez Guido Otranto “debió hacer una investigación imparcial, exhaustiva y eficaz” pero, en su lugar, decidió no apartar a los gendarmes e intervino los teléfonos de su familia y de los testigos.

El 25 de setiembre se conocerán los resultados del último peritaje científico que falta en el expediente judicial para reconfirmar la causa de muerte de Santiago. Consiste en medir el nivel de degradación de una docena de cédulas de identidad sumergidas en agua extraída del río Chubut para cotejarlas con el documento del joven, que fue hallado en uno de sus bolsillos. Sin embargo, Maldonado dijo en una entrevista a Infobae publicada ayer que ese peritaje “no tiene ningún valor” porque las condiciones del agua fueron “modificadas”.

Los Maldonado marcharon ayer junto a decenas de personas hacia la Plaza de Mayo para recordar a Santiago a un año de su desaparición y reclamar verdad y justicia. La movilización fue apoyada y convocada por una veintena de organizaciones de derechos humanos. En la conferencia del martes, Sergio dijo que la marcha se organizó por su hermano y “por todos los detenidos y desaparecidos en dictadura y en democracia”.