El ex alcalde de San Pablo Fernando Haddad era hasta hace algunas semanas uno de los principales promotores de la candidatura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva por el Partido de los Trabajadores (PT). El 7 de agosto se convirtió en el compañero de fórmula de Lula, y en su eventual reemplazo en caso de que la candidatura del ex gobernante fuera rechazada por la Justicia electoral. Sólo una semana después de su designación, Haddad fue objeto de una primera decisión del Poder Judicial en su contra, y ayer se conoció una segunda.

En la primera decisión, la semana pasada, el dirigente fue procesado por “improbidad administrativa”, acusado por la Fiscalía de haber cometido irregularidades en la construcción de 12 kilómetros de ciclovía en 2016, cuando era alcalde de San Pablo. La acusación dice que la adjudicación se debería haber hecho por licitación, que las obras fueron sobrefacturadas y que algunas fueron innecesarias. La Fiscalía asegura que de esa manera se produjo un desvío de fondos.

Esta denuncia se presentó en la esfera civil, por lo que Haddad no enfrentaría una pena de prisión si es encontrado culpable; en cambio, se pide el pago de una multa y la suspensión de los derechos políticos, lo que implicaría el fin de su candidatura.

La segunda decisión se conoció ayer: la Fiscalía acusó a Haddad de enriquecimiento ilícito y pidió a la Justicia que se le embarguen bienes por un importe equivalente a 3,5 millones de dólares. Según la denuncia del fiscal Wilson Tafner, la empresa constructora UTC pagó una deuda de unos 750.000 dólares que contrajo Haddad con una imprenta durante su campaña para la alcaldía paulista en 2012. A cambio, afirma, Haddad habría favorecido a UTC desde su cargo de alcalde en la adjudicación de obras públicas.

En su escrito, Tafner asegura que Haddad “conoce muy bien los meandros del poder y cómo se jugaba el juego”, y agrega: “Ciertamente, no es por su ingenuidad ni su falta de conocimiento del juego político que lo rodea que nuevamente es elegido para integrar la fórmula para el cargo más importante del país”.

La empresa no respondió ante las acusaciones, pero sí lo hizo Haddad. En un comunicado, el dirigente aseguró que “todo el material gráfico producido en la campaña fue declarado” y que “no había razón para recibir cualquier recurso no declarado de UTC”. También dijo que verificó esta información con los encargados de finanzas del PT en general y el de San Pablo en particular.

En una conferencia de prensa posterior a un acto de campaña, Haddad subrayó que la denuncia en su contra se basa “en la palabra de delincuentes”, en referencia a Ricardo Pessoa y Walmir Pinheiro, quienes ocuparon la presidencia y la dirección financiera de la empresa UTC y llegaron a un acuerdo con la Fiscalía para revelar lo que saben a cambio de una reducción de la pena.

Haddad recordó que otras revelaciones hechas por Pessoa y Pinheiro no pudieron ser comprobadas y las causas judiciales no avanzaron, y sugirió que la Fiscalía de San Pablo podría estar actuando para golpear su candidatura antes de las elecciones del 7 de octubre. “¿Una cosa de hace años aparece cuando faltan sólo 45 días para las elecciones?”, se preguntó.

Además, Haddad recordó que una de sus primeras decisiones como alcalde fue suspender la construcción de una obra que había sido adjudicada a UTC, una decisión que “perjudicó sus intereses”, porque había “indicios claros” de que se estaban pagando sobreprecios. De hecho, de acuerdo con el ex alcalde, los ex directivos de UTC intentan perjudicarlo políticamente haciendo declaraciones falsas para vengarse.

Desde el año pasado había versiones de que en algún momento se vincularía a Haddad con el esquema de corrupción de Petrobras, la adjudicación de las obras públicas y el manejo de influencias. Sin embargo, recién ahora esto se traduce en denuncias judiciales.

El PT atribuye esto a una intención de perjudicar a la candidatura de Haddad, al partido y a Lula, que encabeza las encuestas con cerca de 40% de intención de voto, y duplica en respaldo a su principal rival, el ultraderechista Jair Bolsonaro. “Ya esperábamos este tipo de maniobra”, manifestó el PT en un comunicado en el que agrega que lo esperaba particularmente “después de que las últimas encuestas mostraran la posibilidad de que Lula gane en primera vuelta”.