El partido que gobernó Zimbabue desde 1980, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico, continuará en el poder, según anunciaron las autoridades electorales ayer. Pero esta vez, el presidente no será Robert Mugabe, que gobernó desde ese año hasta 2017, sino Emmerson Mnangagwa, que lo reemplazó después de un golpe de Estado.

Según los resultados oficiales, Mnangagwa derrotó al candidato del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC), Nelson Chamisa. Un portavoz del MDC, Morgan Komichi, consideró “falsos” estos resultados, después de que a su partido no se le permitiera verificar el proceso de votación en los circuitos.

Ayer, antes de que se anunciara el resultado, aumentó de tres a seis el número de personas que murieron durante las protestas desatadas después de las elecciones del lunes, informó la Policía. Además, 14 manifestantes resultaron heridos y 26 fueron detenidos. La mayoría de estos últimos fueron arrestados durante una redada en la sede del MDC, en el centro de Harare, la capital del país.

Las manifestaciones empezaron el miércoles, poco después de que Chamisa se proclamó ganador de los comicios. Cerca de 4.000 manifestantes salieron a las calles para denunciar el retraso en el anuncio de los resultados y un fraude contra Chamisa. Fueron reprimidos primero por la Policía y, después, por el Ejército.

Las calles del centro de Harare permanecían ayer bajo una fuerte presencia militar y muchos locales estaban cerrados por los disturbios que tuvieron lugar el día anterior. El Ejército sugirió a la ciudadanía permanecer en sus casas. Sin embargo, Mnangagwa instó a la gente a que salga a la calle a hacer su vida normal.

Por su parte, Chamisa reiteró ayer que ganó las elecciones e insistió en que hubo fraude. “Si él [Mnangagwa] hubiera ganado estas elecciones, los resultados se habrían anunciado hace tiempo, pero están intentando manipular los datos”, había afirmado, antes de que se dieran a conocer los resultados.