Quien fue director del Órgano de Control de las Concesiones Viales (Occovi) durante el gobierno del ex presidente argentino Néstor Kirchner, Claudio Uberti, declaró ayer ante el juez Claudio Bonadio por el caso conocido como “los cuadernos de las coimas”. Se convirtió, así, en el primer funcionario público en declarar bajo la figura del “arrepentido”, a cambio de beneficios en su propia situación procesal.

Uberti se presentó ante el fiscal de la causa Carlos Stornelli el lunes de tarde, unas horas después de que la ex presidenta Cristina Fernández dejara en el juzgado de Bonadio los tres escritos en los que negó estar involucrada en los delitos por los que se la investiga. Ese día, el ex funcionario acordó colaborar con la investigación y quedó detenido, a la espera de su confesión. El martes, finalmente, declaró ante Bonadio durante una extensa sesión en la que dijo, sin titubear, que durante los años que dirigió el Occovi (2003-2007) recaudó pagos ilegales de empresas contratistas de obra pública y que el dinero iba a parar a manos de Kirchner.

Uberti dijo que le llevaba la plata en bolsos y que hacía las entregas en el despacho presidencial de la Casa Rosada, en la quinta de Olivos y, a veces, en la casa de Julio de Vido, el entonces ministro de Planificación. De hecho, señaló a De Vido –actualmente detenido– como el encargado de indicarle cuáles iban a ser sus funciones dentro de la estructura del manejo del dinero y dijo que era quien le comunicaba sus tareas. Por otro lado, el ex encargado del sistema de concesiones viales aseguró que Fernández “estaba al tanto” de las coimas, ya que estuvo presente varias veces cuando él dejó bolsos en el despacho presidencial.

Además de responsabilizar a Kirchner por las supuestas coimas que se comenzaron a investigar a partir de los cuadernos escritos por Oscar Centeno –que fue chofer del ex secretario del Ministerio de Planificación Roberto Baratta–, Uberti acusó al presidente fallecido de maltratos y violencia. Después de declarar, y con la aprobación del juez, Uberti quedó en libertad.

Sin quórum

El Senado argentino iba a tratar ayer el pedido del juez Bonadio para allanar los domicilios de la ex presidenta Fernández para investigar este caso, pero no hubo quórum y el debate se postergó para el próximo miércoles. La discusión fracasó por la ausencia de varios senadores del Partido Justicialista. Tampoco se presentaron los oficialistas Miriam Boyadjian y Esteban Bullrich, que se encuentra de viaje.

El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, denunció una “decisión política de no dar quórum por parte de un sector importante del peronismo”. Agregó: “Es un tema que debería tener a todos los argentinos del mismo lado, empezando por la ex presidenta que debería dar las llaves de su departamento. Lamento que sus ex compañeros avalen la no investigación de lo que está pasando”. Por su parte, la titular de la cámara alta, Gabriela Michetti, deseó: “Espero que sea la próxima”.

El lunes, por órdenes de Bonadio, la Policía allanó el edificio en el que vive Fernández. Los funcionarios rastrearon los alrededores del apartamento de la ex mandataria con perros entrenados para buscar dinero y utilizaron un escáner. Este aparato sólo advirtió la existencia de una parte hueca en una pared, que los policías destruyeron a mazazos para encontrarse con un espacio vacío.