Por seis votos contra uno, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) decidió a última hora del viernes anular la candidatura del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que cuenta con una intención de voto cercana a 40%, según distintas encuestas.
La posibilidad de que el nombre de Lula no llegara a las elecciones del 7 de octubre era latente en Brasil. El ex presidente fue condenado por corrupción y lavado de dinero por el juez de primera instancia Sérgio Moro, el año pasado. La apelación fue tratada muy rápidamente en comparación con los tiempos tradicionales de la Justicia brasileña. En enero, el Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región ratificó la condena y aumentó la pena de nueve a 12 años.
El debate pasó a girar en torno a dos cuestiones, la primera de las cuales era si Lula sería llevado a prisión cuando todavía podía presentar recursos ante tribunales de tercera instancia. La respuesta llegó en abril, cuando se emitió una orden de detención en su contra que la Policía Federal no quiso hacer efectiva porque el ex presidente fue rodeado por miles de seguidores en el Sindicato de los Metalúrgicos de San Pablo. Finalmente, y pese a la resistencia de algunos de sus seguidores, Lula se entregó, y desde entonces está detenido. La segunda cuestión era si podría participar en las elecciones, y la respuesta, negativa, llegó el viernes.
En una sesión extraordinaria que tuvo lugar ese día, el TSE trató, en conjunto, todos los recursos presentados contra la candidatura de Lula por el Partido de los Trabajadores (PT). En la mayoría de los casos el argumento era que, como su condena fue ratificada por un tribunal colegiado, Lula incumple la ley de ficha limpia, que fue promulgada por él mismo.
La decisión del TSE fue criticada, especialmente por la forma en la que se llegó a ella. El órgano tenía tiempo hasta el 17 de setiembre para tomar una decisión que habitualmente implica plazos de varios días para que presenten sus pareceres las partes que recurren y defienden la candidatura. El tribunal convocó a la sesión extraordinaria en la que, en menos de 12 horas, trató los argumentos de las partes y adoptó una decisión. El dictamen se conoció el viernes sobre la medianoche, y los abogados de Lula habían presentado sus informes, que totalizaban 200 páginas, a última hora del jueves.
Al exponer su posición, Luis Barroso, el juez designado responsable por los recursos que impugnaban la candidatura de Lula, dijo que había convocado a la sesión extraordinaria para que la decisión se adoptara en una instancia pública y no tener la responsabilidad personal de decidirlo en solitario. Barroso reconoció que la convocatoria fue tan acelerada que incluso tuvo poco tiempo para analizar los argumentos de la defensa de Lula. “La noche fue larga para mí y para mi equipo”, dijo.
También argumentó que le parecía mejor que se definiera la situación antes de que comenzara, el sábado, el horario gratuito de campaña televisiva y radial. Por su parte, la presidenta del TSE, Rosa Weber, dijo durante la sesión que ella preferiría tratar el tema la semana que viene para tener tiempo de analizar en profundidad los argumentos. Sin embargo, continuó con la sesión porque todos los demás magistrados estaban de acuerdo en hacerlo.
Los abogados de Lula, que hablaron durante la sesión, advirtieron que no se estaban cumpliendo los tiempos procesales y pidieron a la corte que respetara la recomendación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) de que se le permitiera a Lula participar en las elecciones. A este pronunciamiento también se refirió en su parecer la fiscal general de Brasil, Raquel Dodge, la primera en presentar un recurso contra la candidatura de Lula. Argumentó que la ONU no tiene competencia sobre la Justicia electoral y recordó un fallo del Supremo Tribunal Federal que indica que las normas internacionales que no hayan sido incorporadas a la legislación nacional no tendrán validez.
Barroso votó por la anulación de la candidatura de Lula, al igual que otros cinco de los siete integrantes del TSE. El único que respaldó la continuidad del ex presidente en la carrera electoral fue Edson Fachin. A diferencia de Dodge y de los demás integrantes del tribunal, consideró que la posición de la ONU tenía que prevalecer y señaló que lo que estaba en juego en la sesión eran “los efectos de esta decisión en el proceso electoral brasileño”. La postura de Fachin le valió varios artículos críticos de columnistas de los principales diarios del país.
Pocas alternativas
La candidatura de Lula parece estar definitivamente liquidada. Sus defensores pueden presentar un “embargo de declaración” para pedir al TSE que aclare algunos puntos omisos o contradictorios del dictamen judicial, pero esto no cambiaría la decisión adoptada. La otra opción es la de un recurso extraordinario ante el Supremo Tribunal Federal, pero este no tiene plazo para tratarlo, por lo que podría hacerlo después de la fecha límite que el TSE le puso al PT para definir la candidatura: el 11 de setiembre.
Por otra parte, el TSE decidió permitir al PT que en la campaña televisiva y radial muestre a Lula como candidato durante el fin de semana, teniendo en cuenta el momento en el que tomó la decisión. Sin embargo, el PT alteró el calendario que tenía para los espacios de publicidad gratuitos. Después de que Barroso emitiera su voto para anular la candidatura de Lula, lanzó en redes sociales el que habría sido su primer spot, que comienza presentando la postura de la ONU. El video sigue con la voz en off del compañero de fórmula de Lula, Fernando Haddad, con seguidores del ex presidente manifestando su apoyo y el del Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, y del ex presidente uruguayo José Mujica. “Es Lula, es Haddad, es el pueblo. Es Brasil feliz de nuevo”, dice el jingle que se oye al final.
Sin embargo, el primer video transmitido en el espacio gratuito de campaña es protagonizado por Haddad, que se presenta como un continuador y promete “traer de vuelta el Brasil de Lula”. En este video también aparece, fugazmente, la edila de Porto Alegre del Partido Comunista Manuela D’Ávila. Estaba previsto que ella fuera la candidata presidencial comunista, pero a último momento su partido desistió de tener un postulante propio, y se especula con que, si Haddad sustituye a Lula, ella sea su compañera de fórmula.
Caminos a seguir
Tal como muestran las primeras publicidades, no están claros los pasos que va a seguir el PT. El partido emitió un comunicado en el que asegura que “continuará luchando por todos los medios para garantizar” una candidatura de Lula que va a defender “en las calles, junto con el pueblo, porque es el candidato de la esperanza”.
La defensa de Lula todavía no decidió los pasos a seguir, y se espera que las novedades lleguen después de que Haddad se reúna hoy con él. El todavía candidato a vicepresidente, que es abogado, fue incorporado al equipo de la defensa de Lula para que pudiera mantener reuniones políticas con el ex presidente, que fueron censuradas por quienes deciden acerca de sus visitas. Durante el fin de semana no se le permite recibir a nadie, por eso la reunión entre Lula y Haddad tendrá lugar recién en la jornada de hoy.