Desde el juicio político contra la ex presidenta Dilma Rousseff se podía anticipar que la de este año sería una campaña electoral polarizada, pero la llegada de la candidatura de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil profundizó aun más la brecha. En particular, por sus declaraciones favorables a la dictadura, por su discurso de odio y porque en varias ocasiones aseguró que recurriría a la violencia. Lo hizo cuando dijo que “ametrallaría” a todos los seguidores del Partido de los Trabajadores o cuando sostuvo que el ataque a tiros contra una caravana en la que viajaba Luiz Inácio Lula da Silva era consecuencia de los actos del ex presidente.

Sin embargo, fue el propio Bolsonaro el primero en salir herido por una agresión durante la campaña electoral, una puñalada en el abdomen que sufrió el jueves y por la cual permanecía ayer internado. A menos de 30 días para las elecciones del 7 de octubre, se especula sobre el impacto que puede tener este ataque en la intención de voto.

El hecho generó múltiples consultas de medios brasileños a cientistas políticos, que coinciden en señalar que probablemente lo ocurrido el jueves va a aumentar el respaldo a Bolsonaro. Esta semana se darán a conocer las primeras encuestas elaboradas después del jueves, que podrían verificar o descartar esta hipótesis. Hasta ahora, Bolsonaro lideraba la intención de voto en aquellos escenarios en los que no se postulara como candidato Lula, y aparecía segundo en aquellos en los que estaba incluido el ex presidente, que todavía no se sabe si podrá participar en las elecciones.

Pero de manera inmediata, la agresión a Bolsonaro también se tradujo en dos nuevos elementos en los discursos de los demás candidatos. Por un lado, puso en el centro de la campaña electoral este ataque en particular y la violencia vinculada a la política en términos generales, desplazando a las cuestiones políticas, programáticas e ideológicas del debate. Por otro, los candidatos que antes criticaban a Bolsonaro ahora se dedican a lamentar el ataque que sufrió y a eliminar de sus discursos los aspectos críticos de su campaña.

Por su parte, los hijos de Bolsonaro serán quienes se hagan cargo de la campaña mientras su padre continúe internado. Tanto ellos como dirigentes cercanos a la candidatura del todavía diputado, entre ellos Hamilton Mourão, su compañero de fórmula, y los líderes de los partidos que lo acompañan han señalado a la izquierda como la responsable del ataque. Bolsonaro “no va a ser electo por una puñalada. Le dieron la puñalada porque ya estaba electo”, dijo ayer Flávio Bolsonaro en su primer acto de campaña como sustituto de su padre.