Después de oficializar la salida de Brasil del Pacto Global de Migración de la Organización de las Naciones Unidas, el presidente Jair Bolsonaro utilizó las redes sociales para afirmar que “Brasil es soberano para decidir si acepta o no migrantes”, y para establecer cuáles son las normas que esas personas deberán seguir en su país.

“Quien por ventura venga para aquí deberá estar sujeto a nuestras leyes, reglas y costumbres, como también deberá cantar nuestro himno y respetar nuestra cultura”, dijo Bolsonaro. “No cualquiera entra en nuestra casa, ni cualquiera entrará a Brasil a través de un pacto adoptado por terceros. NO AL PACTO MIGRATORIO”, concluyó.

En otro mensaje de Twitter, también publicado ayer, el presidente brasileño afirmó: “Jamás negaremos ayuda a quien la precisa, pero la inmigración no puede ser indiscriminada. Es necesario tener criterios, buscando la mejor solución de acuerdo a la realidad de cada país. Si controlamos a quien dejamos entrar en nuestras casas, ¿por qué actuaríamos diferente con nuestro Brasil?”.

El diario Folha de São Paulo señaló que cada día entran centenares de venezolanos en Brasil a través del estado norteño de Roraima, limítrofe con Venezuela. El flujo permanente de personas excede la capacidad de los servicios públicos de ese estado –uno de los más pobres del país–, y por eso durante el gobierno de Michel Temer se implementó un plan por el cual algunos migrantes venezolanos son enviados voluntariamente hacia otros estados brasileños.

El gobierno de Bolsonaro todavía no decidió qué política adoptará para Roraima, ni si seguirá o no adelante con las acciones de la anterior administración. Está previsto que la semana que viene un equipo de técnicos del gobierno viaje a Roraima para evaluar la situación actual del estado.