El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, anunció que Estados Unidos no ordenará la salida de los 2.000 soldados desplegados en Siria sin que existan garantías de que Turquía no atacará a las milicias kurdas en el norte. Sus declaraciones contradicen la decisión que hace tres semanas tomó el presidente estadounidense, Donald Trump, cuando afirmó que la retirada de las tropas sería “inmediata” y “sin condiciones”.

Bolton dijo que las fuerzas turcas no deberían “emprender acciones militares sin una coordinación y un acuerdo con Estados Unidos”. Esto, explicó, es necesario “para que no pongan en peligro a las tropas [estadounidenses] y para cumplir con la petición del presidente Trump de no poner tampoco en peligro a las fuerzas de oposición sirias que han luchado junto a nosotros”. El funcionario agregó: “Hay objetivos que queremos cumplir y son una condición para este retiro [...]. La fecha del retiro depende de la puesta en marcha de esas condiciones. Una vez concretado, podremos hablar de un calendario”.

Las “fuerzas de oposición” a las que hizo referencia el asesor del presidente Trump son las Fuerzas Democráticas Sirias, encabezadas por las milicias kurdas de las Unidades de Protección Popular, que controlan casi un tercio del territorio sirio y han sido las principales aliadas de Washington en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) desde 2011. Estas milicias están vinculadas con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un grupo armado que está proscrito en Turquía y fue incluido en las listas de organizaciones terroristas de la Unión Europea y también de Estados Unidos.

Bolton aterrizó ayer en Ankara y se reunirá con funcionarios turcos, incluido el presidente Recep Tayyip Erdogan, para esclarecer las intenciones de ambas partes y asegurarse de que los kurdos no serán atacados una vez que su país se retire.

La primera reacción de Turquía a los comentarios de Bolton no fue muy conciliadora. El portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, dijo el domingo que era “irracional” asegurar que los objetivos de Turquía son los kurdos. “Mantener que una organización terrorista representa a los kurdos es, ante todo, una falta de respeto a nuestros hermanos kurdos. Uno de los objetivos de la lucha de Turquía contra el PKK y sus filiales sirias es salvar a los kurdos de la tiranía y opresión de este grupo terrorista”, aseguró el vocero, según la agencia de noticias estatal Anadolu.

La visita de Bolton coincide con una gira que el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, comienza hoy por ocho países árabes para aclarar dudas respecto de la inesperada decisión de Trump de retirar las tropas de Siria. “Queremos proteger a los kurdos, pero no quiero seguir en Siria para siempre”, declaró la semana pasada, después de despertar protestas en Ankara al decir que su país intentará evitar que “Turquía masacre a los kurdos”.

Ante las reacciones que generó el anuncio de Bolton, el presidente estadounidense aclaró ayer en Twitter que las declaraciones de su asesor no son diferentes a sus “intenciones originales”. Y volvió a aclarar que la idea es que las tropas se retiren de Siria “a un ritmo adecuado” al mismo tiempo que “combaten al EI”. Más tarde, la portavoz de la Casa Blanca, Mercedes Schlapp, insistió en que “el presidente no ha cambiado su posición” y que “su meta central es garantizar la seguridad” de las tropas estadounidenses y aliadas. Con ese objetivo, dijo al canal Fox, “el Departamento de Defensa elaborará un plan operativo”.

Antes de pisar Turquía, Bolton visitó Jerusalén y se reunió con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Sobre ese encuentro, dijo que había “tranquilizado” a Netanyahu acerca del plazo para la retirada de los militares estadounidenses de Siria, que debería expirar en unos 30 días.