Los 28 países que integran la Unión Europea (UE) analizaron la situación de Venezuela y en un comunicado que emitieron el sábado sugirieron que podrían reconocer al titular de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente del país si el gobierno no convoca elecciones “en los próximos días”. El mismo día, en paralelo, varios países europeos fueron más allá e instaron al presidente venezolano, Nicolás Maduro, a organizar unas elecciones “transparentes y justas” en un plazo de ocho días o, de lo contrario, reconocerán a Guaidó, que se autoproclamó presidente encargado de Venezuela el miércoles. Así se manifestaron los gobiernos de Alemania, España, Francia, Holanda, Portugal y Reino Unido.

Maduro rechazó ayer el plazo, en una entrevista concedida al canal CNN Türk. “Nadie puede darnos un ultimátum de este tipo. Si alguien quiere abandonar el país, puede hacerlo, Venezuela no está ligada a Europa. Esto es una insolencia total”, dijo. “Una vez más, Europa está cometiendo un error acerca de Venezuela”, afirmó, al considerar su historia “como no existente, a pesar de 200 años de independencia”. E insistió: “Menospreciarnos porque estamos en el sur es insolente”.

De todas formas, se mostró abierto al diálogo con Guaidó. “Vamos a establecer la paz y vamos a seguir condenando estos eventos, como hicimos en el Consejo de Seguridad [de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)]. Todas estas mentiras son obra de Estados Unidos. Yo estoy abierto al diálogo”, dijo Maduro, desde Caracas, a la cadena turca. En otro gesto conciliador, dijo que una reunión con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump –a quien acusa de haber “orquestado” un “golpe de Estado” en Venezuela–, era improbable, pero no imposible. En respuesta, Guaidó dijo que no se “prestará” a un “diálogo falso” con Maduro y volvió a exigir la convocatoria a elecciones “reales”, “libres” y con garantías.

El sábado, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, manifestó que los países no tienen “potestad” para dar “ultimátums” y dijo que Estados Unidos no está “detrás del golpe de Estado” en Venezuela sino “a la vanguardia”, porque “da y dicta las órdenes, no sólo a la oposición venezolana sino a los estados satélites”.

Arreaza también acusó al secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, de haber dado “luz verde” al “golpe de Estado” con el video que difundió el día antes de la autoproclamación de Guaidó, en el que le transmitió su apoyo a ese dirigente y alentó a los venezolanos a participar en las manifestaciones convocadas por la oposición.

La respuesta de Pompeo no fue menos dura. Ante el Consejo de Seguridad, el funcionario estadounidense dijo que llegó el momento de que “todas las naciones” que no hayan adoptado una postura en torno a la crisis política venezolana “elijan un bando”. Planteó: “O estás con las fuerzas de la libertad, o estás en alianza con Maduro y su caos”.

Después de su intervención, en declaraciones a medios estadounidenses, Pompeo instó “a todas las naciones a que apoyen las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano mientras tratan de liberarse del ilegítimo Estado mafioso del ex presidente Maduro” y “reconozcan al presidente interino Juan Guaidó”.

La primera medida que tomó Maduro cuando el gobierno de Trump reconoció al líder opositor como presidente interino de Venezuela consistió en cortar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Por eso exigió a los funcionarios de ese país que abandonaran el territorio venezolano en un plazo de 72 horas. Guaidó pidió que se quedaran. Finalmente, el sábado, Caracas y Washington llegaron a un acuerdo: iniciaron conversaciones para que, en el plazo de 30 días, se instalen en cada país oficinas con el fin de atender trámites migratorios y otros asuntos bilaterales. La cancillería venezolana dijo que, en caso de no alcanzar un acuerdo en ese período, “ambas misiones cesarán actividades” y el personal remanente tendrá que abandonar los respectivos países.

Todo planeado

En medio de la crisis política, la agencia de noticias AP publicó el fin de semana que el plan de proclamar a Juan Guaidó presidente encargado de Venezuela comenzó a gestarse en diciembre con la ayuda de Estados Unidos, Colombia y Brasil. De acuerdo con el artículo, que se basa en las declaraciones de fuentes involucradas en esos contactos, Guaidó viajó “discretamente” a esos tres países y se reunió con funcionarios de sus gobiernos, con quienes elaboró la idea de convocar manifestaciones masivas para desconocer el mandato de Nicolás Maduro, que comenzó hace 18 días. En una de esas reuniones, según esas fuentes, el dirigente opositor les informó que tenía pensado autoproclamarse presidente. De acuerdo con las personas consultadas, el plan estuvo encabezado en todo momento por Washington y también, a la distancia, contó con el “rol protagónico” de Canadá.