Casi de 200 personas fueron detenidas ayer en Ecuador, en su mayoría en Guayaquil, ciudad donde hubo saqueos, informó la ministra del Interior, María Paula Romo.

De los 195 detenciones, 150 se produjeron en esa ciudad, “en su mayoría asociados al robo y vandalismo”, dijo Romo en declaraciones a la televisión local.

“En este tipo de actos no está en discusión el subsidio [a los combustibles] o la reforma laboral”, afirmó Romo, que sostuvo que se trata de hechos “plenamente delictivos”, según recogió la agencia Efe.

En Quito, la capital, el centro histórico fue un campo de batalla entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.

Ante esta situación, el presidente Lenin Moreno decretó el estado de excepción en todo el país. La medida tiene una duración de 60 días para garantizar la seguridad y el normal funcionamiento de servicios básicos e instituciones.

Según dijo Moreno ayer, la intención de los manifestantes ha sido la de “desestabilizar el Gobierno”.

Las manifestaciones se dan luego de que los transportistas del país se declararan en huelga a nivel nacional para protestar por la subida de los combustivvles, una decisión que forma parte de un conjunto de medidas tomadas en el marco de un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En marzo pasado, Ecuador aceptó una línea gradual de crédito de 10.200 millones de dólares de varias instituciones financieras internacionales. Entre ese dinero hay 4.200 millones de dólares del FMI. Esta entidad le fijó a Ecuador un calendario de reformas a cambio del dinero prestado, que incluía la reducción del gasto público, un incremento de ingresos y una reforma laboral que aliente la productividad.