Los movimientos sociales se mantienen protestando en Ecuador desde el jueves, cuando el gobierno terminó con los subsidios a algunos combustibles, lo que implicó un aumento de hasta 125% en algunos de ellos. La declaración del estado de excepción del jueves no amilanó las movilizaciones, que han ido creciendo y ampliándose a otros sectores.

El aumento de los precios de los combustibles repercutió rápidamente en la suba de otros bienes y servicios, principalmente de los alimentos y el transporte, lo que ha exacerbado las protestas.

En un intento de calmar las reacciones, el presidente de ese país, Lenín Moreno, anunció una serie de medidas para controlar el alza de precios, una de las cuales es que los servicios de transporte público deberán pedir permiso a los municipios para implementar aumentos. Además, en la madrugada de ayer fueron activados controles de precios en mercados y centros de distribución de alimentos, en operativos que terminaron con la detención de 20 vendedores callejeros y de dos personas en mercados mayoristas, en todos los casos por no respetar los precios de referencia que están autorizados.

En los primeros días los transportistas eran los que dominaban las protestas, pero llegaron a un acuerdo con el gobierno. Durante el fin de semana el sector que tomó acciones más radicales fue el de los indígenas. Un grupo de ellos retuvo el sábado a 47 militares, reclamándole al gobierno de Moreno que termine con las medidas de austeridad acordadas con el Fondo Monetario Internacional, que le entregó en marzo un fondo de 4.200 millones de dólares. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador aseguró que están cerradas las posibilidades de diálogo con el gobierno, y anunció una marcha a Quito desde varios puntos del país. “Aquí no estamos para negociar a espaldas del pueblo. El pueblo se ha levantado y eso es lo que se va a respetar”, aseguró el presidente de la agrupación, Jaime Vargas.