El diputado federal Eduardo Bolsonaro –uno de los hijos del presidente brasileño, Jair Bolsonaro– sugirió que es posible la creación de un nuevo Acto Institucional número 5 (AI-5), en referencia al decreto impuesto en 1968 por las autoridades dictatoriales que gobernaban el país en aquel momento. Durante una entrevista realizada el lunes en el canal de Youtube de la periodista Leda Nagle y publicada ayer por los medios brasileños, el hijo del mandatario dijo que es necesario tener una “respuesta” en caso de que la izquierda se radicalice. “Todo es culpa de Bolsonaro. Si la izquierda se radicaliza va a llegar un punto en que va a a ser necesario que tengamos una respuesta, que puede ser un nuevo AI-5”, dijo. “Va a llegar un momento en el que la situación va a ser igual que a finales de los años 60, cuando en Brasil secuestraban aviones, ejecutaban y secuestraban a grandes autoridades, cónsules, embajadores, ejecutaban a policías, militares”, añadió.

Decretado en diciembre de 1968, el AI-5 cerró el Congreso Nacional, cesó todos los mandatos y suspendió el derecho al hábeas corpus para crímenes políticos, entre otras medidas que suspendieron las garantías constitucionales. Este decreto abrió la etapa más dura y represiva de la dictadura brasileña que se extendió entre 1969 y 1974. Según recordó la revista Fórum, Eduardo Bolsonaro hizo esas declaraciones apenas dos días después de amenazar, durante un discurso en la Cámara de Diputados con una vuelta a la dictadura en caso de que en Brasil se produzcan protestas similares a las que están ocurriendo en Chile contra las políticas neoliberales del gobierno.

Algunas horas después, cuando los dichos de su hijo ya habían tomado notoriedad, el presidente Bolsonaro desautorizó por completo sus palabras. “El AI-5 existió en el pasado, con otra Constitución, y no existe más. Olvídenlo. Vamos a terminar de hablar ahora. Quien hable del AI-5 está soñando. Está soñando. ¡Está soñando!”, afirmó el presidente a los medios presentes en el Palacio de la Alvorada, en Brasilia, donde se encuentra el mandatario luego de su gira por países asiáticos. Pero pese a los dichos del presidente, las declaraciones de su hijo generaron una significativa cantidad de reacciones adversas dentro de todo el sistema político brasileño.

La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), la diputada Gleisi Hoffmann, publicó en su cuenta de Twitter que la “declaración de Eduardo Bolsonaro es criminal y contraria a la Constitución y la democracia. Él ya hizo un discurso en ese sentido y ahora deja clara una vez más su posición. Más que la oposición, es necesario que los presidentes de la Cámara de Diputados, del Senado y el Supremo Tribunal Federal reaccionen. Es necesario garantizar la democracia que estamos construyendo”. También desde el PT, el ex candidato presidencial Fernando Haddad afirmó en declaraciones a Folha de São Paulo que “el único castigo que cabe” a los dichos de Bolsonaro “es la pérdida del mandato”.

Por su parte el presidente del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Bruno Araújo, afirmó en las redes sociales que “parece que no hay dudas sobre las intenciones autoritarias de quien no soporta vivir en una sociedad libre”. Agregó: “Prefieren la coerción al debate libre de ideas, la intolerancia al diálogo. Amenazar la democracia significa empujar nuevamente a Brasil hacia las tinieblas. El PSDB nació en el marco de la lucha por la vuelta de la democracia a Brasil y condena con vehemencia las declaraciones del hijo del presidente de la República”.

Mientras tanto, la diputada Joice Hasselmann, quien pertenece al Partido Social Liberal, el mismo que integra Eduardo Bolsonaro, pero que desde hace tiempo tomó distancia de la posición del presidente y su círculo, afirmó que la democracia vive “un grave riesgo”. En declaraciones recogidas por Folha, la diputada por el estado de San Pablo agregó: “Ahora queda claro que esto es lo que esta gente siempre quiso”. “Comenzó con la radicalización del discurso, con el ataque desenfrenado a cualquiera que cuide los principios democráticos y defienda las libertades. Luego siguió con la interferencia con otros poderes del Estado y con la construcción del discurso de que es posible hacer cualquier cosa para que el enemigo no llegue al poder, hasta darle un golpe”, agregó.

Más vehemente aun fue la reacción de la diputada Jandira Feghali, del Partido Comunista de Brasil, quien se preguntó: “¿Es el Brasil con AI-5 en pleno 2019 lo que Bolsonaro quiere vender al mundo y a los inversionistas? ¿Un país con censura, persecución a las libertades individuales y asesinatos por parte del Estado?”. “Es una irresponsabilidad. Esa familia en el poder es un error enorme en la historia del país”, sentenció.