En una carta publicada este lunes en su sitio web oficial, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva envió un mensaje al fiscal Deltan Dallagnol y afirmó una vez más que no aceptará dejar la prisión para pasar a un régimen semiabierto, posibilidad que está siendo tramitada ante la Justicia por los fiscales de la operación Lava Jato, cuyo principal referente es Dallagnol. Según dice Lula en la carta, “todo lo que los fiscales de la Lava Jato realmente deberían hacer es pedirles disculpas al pueblo brasileño, a los millones de desempleados y a mi familia, por el daño que le hicieron a la democracia y a la justicia de este país”. “No cambio mi dignidad por mi libertad”, reiteró el ex mandatario, quien además señaló que le corresponde al Supremo Tribunal Federal revisar el proceso por el que fue encarcelado en una dependencia policial de la ciudad de Curitiba en abril del año pasado.

“Quiero que sepan que no acepto transar mis derechos y mi libertad”, afirmó Lula en la carta, que fue difundida después de que los principales fiscales de la operación Lava Jato recomendaran a la Justicia Federal que le conceda un régimen de prisión semiabierto.

La carta de Lula compartida en la cuenta de Facebook del ex mandatario, manejada por sus seguidores.

La carta de Lula compartida en la cuenta de Facebook del ex mandatario, manejada por sus seguidores.

Lula ya cumplió un sexto de la pena por corrupción y lavado de dinero que se le atribuyó por supuestamente haber recibido un apartamento en la localidad paulista de Guarujá, que le entregó una empresa constructora a cambio de favores políticos. En una petición realizada en la tarde del viernes, los abogados de la operación Lava Jato afirmaron que Lula ya cumple con las condiciones para que su régimen penitenciario sea modificado. La recomendación, firmada por los 15 fiscales que trabajan en la operación Lava Jato en la ciudad de Curitiba, entre ellos Dallagnol, será evaluada por la jueza Carolina Lebbos.

Lula ya había manifestado que sólo dejará la prisión de Curitiba una vez que la Justicia lo haya considerado inocente. El ex mandatario también había dicho que no usaría bajo ningún concepto una tobillera electrónica, algo que, según dijo, puede ser apropiado para las palomas mensajeras, pero no para él. En la carta difundida ayer, Lula afirmó: “Ya demostré que son falsas las acusaciones que se formularon en mi contra. Son ellos y no yo quienes están presos de las mentiras que le contaron a Brasil y al mundo”.

El mensaje de Lula ya había sido defendido el domingo por la ex presidenta Dilma Rousseff en un acto en Madrid, España, en la que reafirmó que su predecesor no podría salir de prisión con una tobillera electrónica. Durante el acto de conmemoración de los 130 años de la creación de la Unión General de los Trabajadores, al que asistió como invitada, Rousseff declaró: “Ahora los fiscales quieren sacar a Lula rápidamente de prisión. Está siendo un problema para los fiscales mantener a Lula preso, porque hasta el Supremo Tribunal Federal y la Corte Suprema brasileña quieren pasar ese proceso. Ellos quieren anticiparse y, una vez más, pretenden someter a Lula a condiciones que nosotros consideramos incorrectas”.

Por su parte, en una entrevista emitida por la Rádio Jovem Pan, Dallagnol dijo ayer que Lula no puede decidir si aceptará o no un cambio en su régimen penitenciario. Dallagnol afirmó que si la jueza Lebbos concede el cambio de régimen de prisión, el líder del Partido de los Trabajadores estará obligado a acatarlo, al igual que todos los privados de libertad.

El fiscal sostuvo que la petición presentada el viernes ante la Justicia no hace más que cumplir con lo establecido por la ley. “Cuando una persona cumple con todos los requisitos para poder cambiar su régimen de prisión, no sólo tiene derecho, sino que el Estado no puede ejercer su poder por sobre el derecho de una persona. De esta manera, una vez cumplidos los requisitos, usualmente los presos piden la revisión de su régimen penitenciario. Si el preso no la pide, es obligación del Ministerio Público solicitarla”, explicó Dallagnol, cuya credibilidad, al igual que la del ex juez y actual ministro de Justicia y Seguridad Pública, Sérgio Moro, quedó seriamente afectada luego de las filtraciones de conversaciones privadas que dio a conocer el sitio The Intercept.