Una huelga general comenzará este miércoles y se extenderá hasta el jueves en todo Chile, convocada por diferentes organizaciones gremiales, sociales y estudiantiles, agrupadas en la denominada Unidad Social del Pueblo Chileno. Esta plataforma, que está integrada, entre otras entidades, por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la Coordinadora No Más AFP, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF), la Confederación de Estudiantes de Chile, el Colegio de Profesores de Chile, trabajadores portuarios y la Federación de Trabajadores del Cobre, exigió este martes al presidente Sebastián Piñera, durante una conferencia de prensa, atender las demandas ciudadanas que provocaron la crisis social, y que el presidente renuncie.

“Proponemos avanzar a una Asamblea Nacional Constituyente para que elabore participativamente un nuevo marco estructural de la sociedad chilena, y que abra paso a un nuevo modelo de desarrollo nacional, que ponga término al actual modelo neoliberal injusto y abusivo. Además, rechazamos las graves declaraciones de Sebastián Piñera, quien arrastra al país a una grave confrontación y no merece ser presidente de Chile, por lo que exigimos su renuncia”, afirmó la vocera de la Coordinadora No Más AFP, Carolina Espinoza, según informó la radio Universidad de Chile.

La del martes fue una nueva jornada de movilizaciones callejeras en la mayoría de las ciudades del país, gran parte de ellas pacíficas, aunque, como sucedió durante los días anteriores, también se registraron episodios delictivos, con quema de comercios e infraestructura, además de choques entre los manifestantes y los carabineros. La permanencia de la gente en las calles –las manifestaciones en muchos puntos de Santiago fueron multitudinarias–, sumada al estancamiento de la situación en general, llevó al gobierno de Piñera a mantener y a extender a casi la totalidad del país la medida de toque de queda por cuarta noche consecutiva.

Paralelamente este martes, en el Palacio de la Moneda, el presidente se reunió con algunos líderes partidarios para intentar buscar una salida política a la crisis, la más grave que enfrenta Chile luego del retorno de la democracia en 1990. Pero al encuentro, al que además de los máximos referentes de la coalición oficialista derechista Chile Vamos acudieron representantes de algunos sectores de la centroizquierdista Nueva Mayoría, los demócratas cristianos y el Partido por la Democracia, no concurrieron miembros del izquierdista Frente Amplio. A su entender, la convocatoria de Piñera no tenía sentido porque fue excluyente y se dejó fuera de ella a otros sectores de la sociedad, más allá de los partidos políticos. Según manifestó el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, sus requisitos para participar en el diálogo eran “primero, invitar a todos los sectores políticos, no excluir a nadie; lamentablemente, la invitación del gobierno fue sólo parcial, no se invitó a todos”. En declaraciones a la radio Cooperativa, el líder socialista agregó que dentro de la convocatoria tenía que estar invitado “el mundo social, escuchar a la sociedad civil, porque eso permite que este sea un diálogo que contribuya a buscar puntos de entendimiento para enfrentar los problemas de nuestra sociedad, por el cual claman los chilenos en estos días. Aquí no se trata de que se sienten en la mesa los mismos de siempre, o que se busquen las soluciones entre cuatro paredes”, sentenció Elizalde.

Por su parte, el diputado Gabriel Boric, del Frente Amplio, aseguró: “Pensar que de la misma manera como se han resuelto las cosas en Chile durante los últimos 30 años se va a resolver esta situación creo que es pecar de ingenuidad. Una reunión exclusivamente de presidentes de partidos políticos no va a solucionar el problema, y si los políticos seguimos haciendo exactamente lo mismo que se ha hecho hasta ahora, vamos a profundizar la crisis”.

Mientras esto sucedió a nivel político, donde además en el Congreso se empezaron a tratar algunas leyes, como la rebaja de las dietas parlamentarias y la ley por las 40 horas laborales semanales –actualmente en Chile las jornadas de trabajo son usualmente de nueve horas–, la poderosa Federación Minera de Chile y sus sindicatos asociados llamaron a adherir a la huelga general a partir de este miércoles. “Los Mineros y Mineras de Chile tenemos una responsabilidad social con la profunda crisis que estamos viviendo como sociedad”, se establece en el comunicado emitido por este sector, muy importante en la vida económica chilena.