Grandes concentraciones en el centro de Barcelona, en el aeropuerto de El Prat, cortes de carreteras y en algunos tramos de vías de tren, además de movilizaciones en muchas ciudades y localidades catalanas tuvieron lugar este lunes como reacción al fallo del Tribunal Supremo Español (TSE) que condenó a penas de entre 13 y nueve años de prisión a varios dirigentes independentistas, en el marco del juicio contra los impulsores del procés.

El TSE impuso al ex vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras a 13 años de prisión y 13 de inhabilitación absoluta; y a los ex consellers Raül Romeva, Jordi Turull y Dolors Bassa a las penas de 12 años de prisión y 12 de inhabilitación absoluta, en los cuatro casos por el delito de sedición en concurso medial con un delito de malversación de fondos públicos agravado en razón de su cuantía. Otros cinco dirigentes independentistas fueron procesados con prisión y otros tres fueron multados e inhabilitados.

Según consignó el diario barcelonés La Vanguardia, del análisis de todo el juicio concluyó en que los acusados no utilizaron la violencia para lograr sus fines independentistas, pero sí cometieron un delito de sedición al pretender lograr la independencia de Catalunya de manera ilegal. Lo hicieron utilizando fondos públicos y con el apoyo de las entidades soberanistas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, responsables de la movilización ciudadana. Por otra parte, el TSE aceptó el pedido de la Fiscalía para reactivar la euroorden de captura contra el ex presidente catalán Carles Puigdemont, quien se encuentra prófugo en Bélgica.

Este lunes, luego de conocer el veredicto de la Justicia española, Puigdemont envió un mensaje desde Bruselas, en el que llamó a los catalanes a movilizarse y “hacer sentir” su voz contra la sentencia, que ha calificado de “injusta” e “inhumana”. El ex presidente ha pedido “convertir las elecciones del día 10 [de noviembre] en una manifestación masiva de rechazo y firmeza” contra la sentencia del TSE y a responder en las urnas “con más fuerza que nunca”.

En Barcelona la movilización más grande se produjo en el aeropuerto de El Prat, donde miles de personas se congregaron para protestar contra la decisión judicial, generando la suspensión de más de 100 vuelos. Allí se registraron choques con la policía autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra, enfrentamientos en los que decenas de personas resultaron heridas, aunque ninguna de ellas de gravedad. También hubo incidentes entre manifestantes y fuerzas antidisturbios en algunos puntos del centro de Barcelona.

A última hora de la noche la policía logró desalojar la terminal aérea, pero de todas maneras, la plataforma Tsunami Democràtic –la convocante a la concentración en el principal aeropuerto barcelonés– anunció que las movilizaciones continuarán. Según consignó el portal Público, Tsunami Democràtic es un movimiento que cuenta con apenas un mes y medio de vida, que se creó bajo el paraguas de los partidos y organizaciones independentistas. De hecho, su concepción coincide en el tiempo con la celebración de un congreso en la ciudad suiza de Ginebra de estos sectores políticos catalanes.

Institucionalmente, ni bien conocida la sentencia, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, envió dos cartas, una destinada al rey Felipe VI y otra al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las que reclama a ambos sendas reuniones “urgentes” para hablar y dialogar sobre un “conflicto político que hay que resolver, ahora más que nunca, políticamente”. “Os pido una reunión urgente para encarar el conflicto como lo hacen las democracias: hablando y dando voz a la ciudadanía”, expresó Torrá en sus mensajes a las autoridades españolas.

Por su parte, el director técnico de fútbol Josep Guardiola, un connotado defensor de la soberanía catalana, se expresó sobre las sentencias y en un mensaje televisado por las principales cadenas del territorio autónomo expresó: “España vive una deriva autoritaria en la cual se utiliza la ley antiterrorista para perseguir la disidencia”. El actual entrenador del Manchester City inglés dijo además que “los líderes condenados hoy representan a los partidos políticos mayoritarios en Catalunya, así como las entidades más importantes de la sociedad civil”, y acusó a Sánchez de no tener la valentía de afrontar el conflicto catalán.

“Esta lucha no violenta no cesará hasta que termine la represión y se respete el derecho de autodeterminación”, afirmó Guardiola, quien concluyó diciendo que la situación de Cataluña debe ser encarada y las partes están obligadas a “sentarse y hablar”, siguiendo la línea antes expresada por Torra.

Sánchez se contactó con los líderes de los principales partidos políticos españoles y, en un mensaje difundido poco después de conocida la sentencia, destacó la labor realizada por el Tribunal Supremo y su profesionalidad, a la vez que afirmó que “la sentencia pone punto final a un proceso que se ha desarrollado con todas las garantías y máxima transparencia”. El líder socialista agregó que España tiene una democracia moderna y garantista, en la que todos los ciudadanos son iguales ante la ley, y recalcó que “en una democracia a nadie se le juzga por sus ideas, sino por delitos recogidos en su ordenamiento jurídico”.

Sánchez no ocultó que en los próximos días se abrirá una etapa de incertidumbre, pero aseguró que el gobierno se mantendrá atento “y garantizará la convivencia, la seguridad y el cumplimiento de la legalidad democrática”.