El golpe de Estado que destituyó a la ex presidenta brasileña Dilma Roousseff en 2016 –acción política que fue pergeñada desde varios frentes a partir de su reelección en 2014– profundizó la crisis neoliberal en Brasil, que en 2018 registró el número récord de 13 millones y medio de personas viviendo con una renta mensual de menos de dós dólares diarios, criterio adoptado por el Banco Mundial para identificar la condición de extrema pobreza.
De acuerdo con los datos divulgados este miércoles por la entidad Síntesis de Indicadores Sociales, en promedio, un millón de brasileños por año cayeron por debajo de la línea de pobreza entre 2015 y 2018, cuando 6,5% del total de la población estaba calificada de pobre. En números absolutos, la cifra equivale a la población total de Bolivia, Bélgica, Cuba, Grecia y Portugal, consignó la revista Fórum.
El autor del estudio, André Simões, sostiene: “Este grupo necesita mayores cuidados, como podrían ser políticas públicas de transferencia de dinero y de dinamización del mercado de trabajo. Es fundamental que estas personas tengan acceso a programas sociales y que cuenten con condiciones que les permitan insertarse en el mercado de trabajo y así acceder a una renta que los saque de la situación de pobreza extrema”.
De acuerdo con la investigación, la pobreza golpea particularmente a la población negra y mestiza, que representa 72,7% del total de pobres, que en números absolutos son 38,1 millones de personas. Dentro de este grupo las más afectadas son las mujeres negras o mestizas, que alcanzan a 27,2 millones por debajo de la línea de pobreza. En cuanto a su ubicación geográfica, el estudio indica que casi la mitad de los brasileños que eran pobres en 2018, 47%, vivía en la región nordeste del país.