Brasilia, la capital brasileña, fue ayer escenario de dos hechos paralelos que generaron roces diplomáticos. Por otro lado, el gobierno brasileño intentaba sacar provecho del hecho de ser sede de un encuentro internacional de importancia.
Durante la madrugada un grupo de ciudadanos venezolanos afines al autoproclamado presidente del país caribeño, Juan Guaidó, acompañados por brasileños de extrema derecha, irrumpieron y lograron ingresar a la embajada de Venezuela en Brasilia, situación que generó tensión durante varias horas. “Denunciamos que las instalaciones de nuestra embajada en Brasilia fueron invadidas por la fuerza en la madrugada. Hacemos responsable al gobierno de Brasil por la seguridad de nuestro personal e instalaciones. Exigimos respeto a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”, escribió en su cuenta de Twitter el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en las primeras horas de la mañana, mientras que en territorio brasileño el diputado Eduardo Bolsonaro, uno de los hijos del mandatario, afirmaba que se estaba haciendo lo “correcto”. En su cuenta de Twitter, el legislador dijo: “Nunca entendí esta situación. Si Brasil reconoce a Guaidó como presidente de Venezuela, ¿por qué la embajadora María Teresa Belandria, nombrada por él, no estaba físicamente en la embajada? Aparentemente, ahora se hizo lo correcto. Se está haciendo lo que corresponde”.
Una cuestión no menor era que ayer estaban en Brasilia el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, quienes, junto a Bolsonaro y los mandatarios de India y Sudáfrica, participan en una nueva cumbre del BRICS, sigla con la que se conoce al bloque que nuclea a las naciones mencionadas. Rusia y China son dos fuertes aliados del gobierno venezolano que encabeza Nicolás Maduro, por lo que la situación se convirtió en una enorme piedra en el zapato de Jair Bolsonaro y la diplomacia brasileña, que reaccionó rápido y emitió un comunicado de repudio a la invasión de la sede diplomática.
A la vez, en su cuenta de Twitter, Bolsonaro manifestó su repudio a “la interferencia de actores externos” en la embajada de Venezuela en Brasilia e informó que, de acuerdo con la Convención de Viena, está tomando las “medidas necesarias para resguardar el orden público y evitar los actos de violencia”.
Por su parte, el Gabinete de Seguridad Institucional (GSI) de la Presidencia sostuvo en un comunicado que “hay individuos inescrupulosos que quieren sacar provecho de los acontecimientos para generar desorden e inestabilidad”, y que Bolsonaro “no tuvo conocimiento ni incentivó la invasión a la embajada de Venezuela por partidarios de Guaidó”, como han señalado diputados de la oposición. El GSI aludía, entre otros, al mensaje difundido por la diputada Jandira Feghali, del Partido Comunista de Brasil, quien afirmó que la acción en la embajada venezolana fue programada justamente para este día, cuando el gobierno federal cerró los accesos a vastas zonas de la capital con motivo del encuentro del BRICS.
En ese contexto de tensión se produjo la intervención de las fuerzas de seguridad en la embajada venezolana y, sobre el final de la tarde, Arreaza informó que la situación había sido resuelta. “Anunciamos que el grupo de personas que de manera violenta ingresó a nuestra embajada en Brasilia ha abandonado nuestro territorio e instalaciones, de manera pacífica, por gestiones de las autoridades. Agradecemos a los movimientos sociales brasileños por su apoyo valeroso”, escribió el canciller en su cuenta de Twitter.
Según informó la revista Fórum, las negociaciones para recuperar el control de la embajada contaron con la contribución de los diputados izquierdistas Paulo Pimenta, del Partido de los Trabajadores, y Glauber Braga y Sâmia Bomfim, ambos del Partido Socialismo y Libertad. En un audio difundido durante la tarde del miércoles, luego de que la situación se normalizó, Pimenta recordó en un mensaje de audio que “esta fue una victoria importante, porque los partidarios de Guaidó hicieron lo mismo con la embajada venezolana en Estados Unidos hace pocos meses, pero acá, gracias a la presencia de nuestros líderes, se creó un ambiente propicio para impedir esa acción, por lo que ellos tuvieron una clara derrota”.
Mientras esto pasaba en la embajada venezolana, en el marco del encuentro del BRICS, el ministro de Economía brasileño, Paulo Guedes, anunció que está negociando la posibilidad de establecer un acuerdo de libre comercio con China, una posibilidad que se está explorando desde hace algunas semanas, cuando Bolsonaro y el propio Guedes estuvieron de visita oficial en la nación asiática.