En las últimas horas de la tarde de ayer, la senadora Jeanine Áñez se declaró presidenta de Bolivia, aplicando la sucesión constitucional ante el vacío de poder tras las renuncias sucesivas a sus cargos del ex presidente Evo Morales, su vicepresidente Álvaro García Linera, y de Adriana Salvatierra y Víctor Borda, quienes lideraban el Senado y la Cámara de Diputados, respectivamente. “Me comprometo a asumir todas las medidas necesarias para pacificar el país”, aseguró la representante del derechista Movimiento Demócrata Social, quien contó con el respaldo de su bancada y también de otros legisladores opuestos al Movimiento al Socialismo (MAS). La jornada en el Parlamento boliviano estuvo marcada por la falta de cuórum tanto en la sesión citada en el Senado como en la Cámara de Representantes por la ausencia de todos los legisladores del MAS, de acuerdo a lo que informó el diario El Deber.
Los parlamentarios del MAS habían solicitado garantías para ellos, sus familias, sus autoridades y dirigentes, pero además decidieron no presentarse en ninguna de las dos sesiones convocadas por la Asamblea Legislativa Plurinacional, por entender que el llamado fue ilegal. Al mismo tiempo, en una conferencia de prensa realizada horas antes de la proclamación de Áñez como mandataria interina, dirigentes del sector político afín a Morales aseguraron que la legisladora no podía asumir el liderazgo del Ejecutivo porque para ello debía haber cuórum en ambas cámaras.
Desde México, donde se encuentra exiliado desde este mañana, luego de un periplo de más de 15 horas, Morales saludó en Twitter la actitud adoptada por los representantes de su partido. “Felicito a nuestras hermanas y hermanos asambleístas del MAS-IPSP por actuar con unidad y dignidad para rechazar cualquier manipulación de la derecha racista, golpista y vendepatria. Permanecemos unidos en la defensa de la democracia, el Estado de Derecho, la vida y la Patria”, aseguró el ex mandatario.
Mientras dentro del Parlamento se producía la situación mencionada, en las afueras el clima era de extrema tensión en las zonas aledañas al edificio, donde simpatizantes del MAS coparon las calles. Hubo numerosos choques entre los manifestantes y las Fuerzas Armadas (FFAA), que desde las últimas horas de la tarde del lunes están desplegadas en la capital boliviana por orden del comandante en jefe, Williams Kaliman. Morales también comentó esta situación: “Como Gobierno de la Revolución Democrática y Cultural, no hemos equipado a las FFAA con avionetas y helicópteros para que las usen contra los más humildes. Mi pedido a las FFAA es que no se manchen con la sangre del pueblo que defiende la democracia, su dignidad e identidad”, dijo el líder indígena, quien ni bien arribó en la mañana de hoy a Ciudad de México, adonde llegó acompañado por García Linera, aseguró: “Mientras tenga la vida seguiré en política, seguiré en la lucha”.
Al mismo tiempo que Áñez asumía la presidencia en La Paz, en Washington se celebraba una sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), que trató la situación que se vive en Bolivia. Durante el encuentro, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, aseguró que en Bolivia hubo un golpe de Estado, en el momento en que pretendieron robarse las elecciones del 20 de octubre y perpetuar a Morales en el poder. Además, el diplomático uruguayo dijo que “en Bolivia es necesario regresarle la soberanía al pueblo. Nada fuera del orden constitucional”.
Quién es Jeanine Áñez, la nueva presidenta boliviana
Abogada de 52 años de edad, Jeanine Áñez es oriunda de la ciudad de Trinidad, capital del departamento de Beni, en el oriente del país, y comenzó su carrera política en 2006, cuando se desempeñó como asambleísta para la redacción de la nueva carta constitucional del país.
Férrea opositora del gobierno de Evo Morales, la ahora mandataria boliviana fue elegida senadora en 2009 por su departamento como candidata del Plan Progreso para Bolivia - Convergencia Nacional, sector derechista que era liderado por el militar Manfred Reyes Villa. Posteriormente se integró al Movimiento Demócrata Social, por el que fue electa nuevamente como senadora.
Al asumir la presidencia del país, Áñez se convirtió en la segunda mujer en ostentar el máximo cargo del Ejecutivo boliviano. La primera en hacerlo había sido Lidia Gueiler Tejada, quien gobernó el país entre 1979 y 1980, cuando fue derrocada por un golpe de Estado liderado por Luis García Meza.