La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea (UE) y la Liga Árabe reafirmaron que los asentamientos judíos en el territorio palestino de Cisjordania son contrarios al derecho internacional. Sus pronunciamientos llegaron como respuesta a la decisión de Estados Unidos de cambiar la política que mantuvo por décadas y dejar de considerar ilegales esas colonias.

El secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, anunció que “después de estudiar cuidadosamente todos los ángulos del debate jurídico, esta administración está de acuerdo con el presidente [Ronald] Reagan” en que “la creación de asentamientos civiles israelíes en Cisjordania no es per se una violación del derecho internacional”. De acuerdo con Pompeo, la decisión implica “reconocer la realidad sobre el terreno” y apunta a que el problema se resuelva mediante una negociación política entre israelíes y palestinos. El gobierno de Estados Unidos reafirma así una posición de respaldo al gobierno de Benjamin Netanyahu. El primer ministro israelí calificó la decisión de la administración Trump de un “logro enorme” que “durará por generaciones”.

Ayer el portavoz de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville, dijo que “el cambio de posición política de un Estado no modifica las leyes internacionales, ni las interpretaciones que de ellas han hecho la Corte Internacional de Justicia y el Consejo de Seguridad de la ONU”. Agregó que esa oficina “continúa respetando la posición que desde hace mucho tiempo mantiene la ONU, que señala que los asentamientos israelíes violan la ley internacional”.

También la alta representante de la UE para Política Exterior, Federica Mogherini, ratificó la posición del bloque acerca de esta cuestión. “Todos los asentamientos son ilegales de acuerdo con el derecho internacional y erosionan la viabilidad de la solución de los dos estados”, manifestó en un comunicado.

A su vez, el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, dijo que este cambio de posición de Estados Unidos “hace pedazos lo que le queda de legitimidad moral en esta cuestión”, y que “los asentamientos siguen siendo nulos legalmente y una infamia para quien lo practique o apoye desde el aspecto moral”.

Rusia y Turquía también cuestionaron la decisión de Washington. Moscú consideró que “agravará la situación ya de por sí tensa en las relaciones palestino-israelíes”, y el gobierno turco manifestó que este es “otro ejemplo más de la actitud flagrante y contraria a la ley del gobierno estadounidense, que pretende legitimar las prácticas ilegales de Israel”. Turquía recordó además algunas otras decisiones del gobierno de Trump, como la de reconocer los altos del Golán como territorio israelí o la de trasladar su embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén. Esta última ciudad, reclamada por palestinos e israelíes, es uno de los puntos sin resolver para llegar a un acuerdo de paz. Otro es, justamente, la cuestión de las colonias.