El Pentágono informó que hizo ataques aéreos “defensivos” en territorio de Irak y Siria que tenían como objetivo instalaciones militares de la milicia chiita Kataib Hezbollah. Esta es una de las varias agrupaciones que se formaron en los últimos años en Irak y Siria para pelear contra el grupo yihadista Estado Islámico. En este caso, se trata de una milicia que tanto en Irak como en Siria apoya a las fuerzas gubernamentales.

Sin embargo, Estados Unidos considera que este grupo es responsable del ataque lanzado el viernes contra una base militar en Irak en la que están asentadas tropas estadounidenses. Ese día, cuatro cohetes cayeron sobre la base militar K1, en la provincia de Kirkuk, en el norte del país. Inicialmente se informó que el ataque había dejado solamente un herido, pero horas después se añadió que causó la muerte de un contratista estadounidense. A comienzos de diciembre hubo un atentado similar contra otra base, en ese caso en el oeste del país, días después de una visita del vicepresidente Mike Pompeo.

Los bombardeos estadounidenses –tres en territorio iraquí y dos en Siria– fueron una respuesta “a los repetidos ataques de Kataib Hezbollah contra bases iraquíes que albergan” a las fuerzas internacionales, dijo el portavoz del Pentágono, Jonathan Hoffman. Además, agregó que “degradarán la capacidad de Kataib Hezbollah de llevar a cabo futuros ataques”.

Irak informó ayer que cuatro integrantes de esa milicia murieron durante los ataques estadounidenses contra su territorio y otros 30 resultaron heridos. Siria no se pronunció sobre los ataques en su territorio.