Este miércoles de mañana, el Ministerio Público del estado de Río de Janeiro realizó una serie de operativos en direcciones vinculadas a ex asesores del ex diputado federal y actual senador Flávio Bolsonaro, el hijo mayor del presidente brasileño. Entre las personas investigadas por la Justicia están el ex policía Fabrício Queiroz –quien durante años se desempeñó como colaborador de Flávio– y familiares de la ex esposa del mandatario, Ana Cristina Siqueira Valle. Según informó la revista Fórum, las investigaciones apuntan a determinar si hubo lavado de dinero y desvíos de fondos públicos.

Un informe publicado en mayo por la revista Época reveló que Ana Cristina, segunda esposa de Jair Bolsonaro, tuvo a al menos 12 integrantes de su familia empleados como funcionarios fantasmas en la secretaría del entonces diputado Flávio. De acuerdo con la nota periodística, sus parientes devolvían a Flávio Bolsonaro hasta 90% de los salarios que recibían en sus supuestas funciones públicas, práctica que en portugués es conocida como rachadina, lo que vendría a ser una mordida en el lenguaje coloquial de varios países latinoamericanos. La investigación también reveló, luego de una conversación con una persona próxima a la familia de la ex esposa del presidente brasileño, que ninguno de ellos cumplió nunca la tarea de asesoría parlamentaria por la que supuestamente habían sido contratados.

Todos los integrantes de la familia recibían sueldos superiores a los 4.000 reales –algo más de 37.000 pesos uruguayos– por su nula labor en la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro (ALERJ), entidad desde la que se abonaban mensualmente los salarios. Los operativos realizados ayer apuntaron a nueve familiares de la ex esposa de Bolsonaro que supuestamente cumplieron funciones en la ALERJ bajo la responsabilidad de Flávio durante 2003 y 2018, lapso en el que el legislador cumplió cuatro mandatos consecutivos. La investigación se inició el 31 de julio de 2018, tiempo después de que el Consejo de Control de Actividades Financieras (COAF) envió a la Justicia un informe en el que quedaban en evidencia movimientos financieros atípicos realizados por Fabrício Queiroz, ex asesor de Flávio Bolsonaro.

También se investigó ayer una chocolatería ubicada en un centro comercial carioca, propiedad de Flávio y perteneciente a una importante franquicia en el mercado brasileño. Esta tienda había sido citada en un informe anterior de la Fiscalía del estado de Río de Janeiro. De acuerdo con este documento, se detalló que ocho trasferencias que sumaban una cifra cercana a 120.000 reales –casi 30.000 dólares– se hicieron desde la chocolatería a la cuenta del ahora senador entre agosto de 2018 y febrero de 2019. Los fiscales están intentando determinar si el local comercial fue utilizado para lavar los recursos desviados de los ex asesores fantasmas de Flávio en la ALERJ.

El caso estaba paralizado desde julio, mientras se esperaba la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) acerca de la legalidad del intercambio de información por órganos tales como la Unidad de Inteligencia Financiera, nueva denominación de lo que antes era el COAF. El STF, por su parte, aprobó en noviembre que compartir este tipo de datos era legal.

Según lo que informó el diario Folha de São Paulo, los crímenes que se les puede imputar a Flávio Bolsonaro y sus colaboradores son peculado, lavado de dinero, ocultamiento de patrimonio y organización para delinquir. Una serie de mensajes de Whatsapp revelados por Folha en octubre mostraban la preocupación de Queiroz por las investigaciones que llevaba a cabo el Ministerio Público. En una serie de audios, el ex policía describía el caso como un problema “del tamaño de un cometa” y se quejaba por la falta de protección que tenía.

Además del volumen de dinero movilizado, llamó la atención de las entidades reguladoras la forma en la que se hacían estas operaciones: siempre eran depósitos y retiros de dinero en efectivo en fechas cercanas a los pagos de los funcionarios de la Asamblea Legislativa. Queiroz afirmó que recibía parte de los salarios de quienes trabajaban con él bajo las órdenes de Flávio Bolsonaro y afirmó que utilizaba el dinero para pagarles a los asesores informales de su jefe, quien supuestamente desconocía estas operaciones.

Por su parte, Flávio afirmó que quien debía dar explicaciones sobre los movimientos financieros sospechosos era su ex asesor y no él. No obstante, Folha puntualizó que si bien Queiroz trabajó bajo las órdenes de Flávio entre 2007 y 2018, el origen de la relación de este ex policía con la familia Bolsonaro data de mediados de la década de 1980, cuando el actual mandatario iba a pescar a Angra dos Reis con el ahora acusado.