La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó ayer su “condena al uso excesivo de la fuerza” por parte del Estado en las protestas que se desarrollan desde el 18 de octubre en Chile, y pidió a las autoridades su “cese inmediato”. En un comunicado, reclamó a las fuerzas de seguridad estatales un “estricto apego” a los estándares de derechos humanos, y un uso de la fuerza acorde con los principios de excepcionalidad, proporcionalidad y necesidad. La propia CIDH recibió denuncias de tortura, maltrato y violencia sexual contra manifestantes detenidos.

El organismo también se refirió a las denuncias de violaciones a los derechos humanos y en particular a los casos de manifestantes que fueron heridos en los ojos por el impacto de perdigones y balas de goma lanzados por los carabineros. Más de 200 personas sufrieron lesiones oculares y muchas de ellas perdieron la vista.

El director de Carabineros, Mario Rozas, dijo al diario chileno La Tercera, que esa institución tiene “más de 400 sumarios” por lesiones de perdigones que se están procesando. También afirmó que es a la Justicia a quien le corresponde determinar si hubo violaciones a los derechos humanos por parte de esa fuerza.