Alberto Fernández asumirá mañana la presidencia de Argentina, y en estos últimos días hubo ambiente para marcar las diferencias y también para la concordia.

El sábado Mauricio Macri se despidió de la presidencia primero desde el balcón de la Casa Rosada y después desde la Plaza de Mayo, donde se habían reunido miles de personas reclamando su presencia. “Tenemos que cuidar a nuestra querida Argentina de que no la roben, que no la maltraten, que no la estafen, que no la descuiden nunca más”, aseguró el mandatario. “Estos años fueron mucho más difíciles de lo que imaginé. Pero gracias al apoyo de ustedes logramos muchas cosas”, agregó, antes de reconocer que siente “tristeza” por no seguir trabajando en “las reformas que el país necesita”.

Además, Macri prometió que el próximo presidente va a contar con una “oposición constructiva y no destructiva”, en referencia a la posición que asumirá su partido, Propuesta Republicana, después de mañana. El Frente de Todos, sostuvo, “va a encontrar una oposición firme y severa” que va a defender la “democracia”, la “calidad institucional” y las “libertades”.

“Somos muchos y estamos cada vez más juntos para defender las cosas que hemos logrado y defender la Argentina si alguno quiere intentar abusar”, subrayó el presidente saliente, que también reivindicó que deja una Argentina en mejores condiciones.

Consultado sobre las declaraciones de Macri, Fernández dijo que no quería hacer referencia al discurso del presidente porque “está claro” que ambos viven “en países distintos”. “Lo importante es lo que piensa la gente que, viendo como fueron las elecciones, evidentemente no le cree mucho”, agregó.

En común

El tono de ambos cambió el domingo, cuando se celebró en Luján la misa del titular de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo Oscar Ojea. La ceremonia, convocada por “la paz y la unidad”, se celebró en la calle, para recibir a un mayor número de creyentes, y fueron varios los líderes políticos que festejaron que Macri y Fernández se encontraran, entre ellos el ex presidente Carlos Menem, el ex candidato presidencial Roberto Lavagna y el senador Julio Cobos.

“Estamos en otro tiempo, pero debemos hacer todo lo posible por resistir y no caer en la tentación de querer destruir al otro. En la patria, el otro es mi hermana, es mi hermano”, dijo el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, frente a los líderes políticos.

Al cierre del encuentro, Fernández dijo que estaba “muy contento” por haber compartido esa instancia con Macri y “dirigentes políticos de diversos espacios”. “La Argentina que viene necesita del trabajo conjunto de todos. Para eso debemos ponerle fin a esa grieta que tanto daño nos ha hecho”, aseguró en Twitter. Además, ante periodistas, agradeció a la iglesia por haber buscado siempre la unión de los argentinos, incluso en tiempos de diferencias.

Por su parte, Macri no se dirigió a los medios a la salida de la celebración, aunque durante el encuentro intercambió varias palabras con quien será su sucesor.

La futura vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, estuvo entre quienes no asistieron al evento. La ex mandataria sí llamó, por Twitter, a reunirse mañana para la asunción del nuevo presidente: “Empezamos a poner a la Argentina de pie [...] Los esperamos”, escribió.