Desde la madrugada pasada y hasta mañana se desarrollará en Hanói, la capital vietnamita, un nuevo encuentro entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente estadounidense, Donald Trump.
El punto central de la reunión entre los dos gobernantes será el proceso de desnuclearización de Corea del Norte. Históricamente, este país ha sostenido que mantendrá su arsenal hasta que ya no sienta que enfrenta una amenaza de Estados Unidos y otros países, como sus vecinos surcoreanos.
En este encuentro, Kim y sus negociadores intentarán que el gobierno estadounidense reduzca las sanciones impuestas desde hace largo tiempo a Corea del Norte, las cuales afectan severamente su economía.
Si bien Kim y Trump se reunieron por primera vez en junio del año pasado en Singapur, aquel encuentro tuvo un significado más bien simbólico, por haber sido el primero entre un presidente estadounidense y un líder norcoreano en la historia. De esta reunión en Vietnam se esperan consecuencias más concretas. De acuerdo con lo que señalaron algunos analistas internacionales, podría traducirse en una hoja de ruta consensuada por las partes para avanzar en su agenda bilateral. Otro resultado podría significar una derrota para Trump, que ayer llegó a Hanói a bordo del Air Force One luego de un largo viaje desde Washington.
También fue largo el camino que debió recorrer Kim Jong-un para llegar hasta la capital de Vietnam, destino que no era visitado por un líder norcoreano desde 1964, cuando el abuelo del actual mandatario, Kim Il-sung, llegó a ese país para reunirse con el gobernante vietnamita Ho Chi Minh, de quien fue un gran aliado.
Al igual que su abuelo, Kim Jong-un decidió ir desde su país hasta Vietnam en su tren blindado, y por eso el viaje de menos de 3.000 kilómetros, que podría haber realizado en algunas horas en avión, le llevó cuatro días y 1.000 kilómetros más por vía terrestre.
Al llegar a la estación vietnamita de Dong Dang, en la frontera con China, el líder norcoreano fue recibido solemnemente por una guardia militar en medio de un fuerte operativo de seguridad. Luego Kim se subió a un auto para recorrer el último trayecto hasta Hanói con su comitiva, donde una multitud lo esperaba.
Antes del encuentro se mantuvo un gran hermetismo sobre los puntos concretos de la agenda. Pese a la reserva, el presidente estadounidense se mostró optimista acerca de su reunión con Kim, y el lunes publicó en Twitter que esperaba con impaciencia “una cumbre muy productiva”.
Una de las posibilidades que se manejan es que Washington podría prometer seguridad en forma de una declaración oficial sobre el fin de la Guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un armisticio, en lugar de un tratado de paz. “Creo que existe una posibilidad real” de que se llegue a ese punto, declaró la portavoz de la presidencia surcoreana Kim Eui-kyeom.
De acuerdo con la agencia AFP, el hecho de que el encuentro tenga lugar en Vietnam no es casual, porque el gobierno de Corea del Norte lleva adelante desde hace años algunas reformas tendientes a reducir el Estado y Vietnam podría ser un modelo a seguir, ya que es un país comunista con una economía de mercado.