Unos días después de que se diera a conocer la condena por abuso sexual contra el cardenal australiano George Pell, el papa Francisco prohibió de manera cautelar su ejercicio sacerdotal y el contacto con menores de edad. Así lo confirmó ayer el portavoz del Vaticano, Alessandro Gisotti, quien aseguró que la decisión fue tomada “para garantizar el curso de la Justicia”.
En diciembre de 2018, el religioso fue declarado culpable de abusar sexualmente de dos adolescentes de 13 años en 1996. Desde el día en que se dictó la sentencia –que se divulgó recién hace unos días por restricciones legales–, Pell se encuentra en libertad condicional a la espera de que un tribunal de Australia emita su fallo en segunda instancia. Si la condena se ratifica, Pell se enfrentará a una pena de hasta diez años de cárcel.
El cardenal se desempeñaba desde 2014 como tesorero del Vaticano y era considerado el “número tres” de la jerarquía católica. Además, integraba por orden del propio Francisco el Consejo de Cardenales, un exclusivo órgano de consultoría conocido como el C9, porque sólo tiene nueve miembros.
Pell negó en todo momento las acusaciones, y el comunicado del Vaticano se apegaba a la presunción de inocencia. “Esperamos el resultado del proceso de apelación, recordando que el cardenal Pell ha reiterado su inocencia y tiene el derecho de defenderse hasta el último grado”, se lee en el comunicado difundido ayer. El texto concluye: “Nos unimos a los obispos australianos para orar por todas las víctimas de abusos, reafirmando nuestro compromiso de hacer todo lo posible para que la Iglesia sea un hogar seguro para todos, especialmente para los niños y los más vulnerables”.