Esta mañana en Caracas y en otras ciudades de Venezuela se llevará a cabo, en el marco de la celebración del Día de la Juventud, una marcha convocada por el autoproclamado presidente encargado, Juan Guaidó, que tendrá por principal cometido exigir a las fuerzas armadas que desconozcan la orden del presidente Nicolás Maduro de impedir el ingreso de ayuda humanitaria al país, que está viviendo desde mediados del mes de enero una profunda crisis política.

“Nos movilizaremos en todo el país para lograr la entrada de la ayuda humanitaria que permita atender la crisis”, expresó en su cuenta de Twitter Guaidó, el actual jefe del Parlamento venezolano, de mayoría opositora, aunque esta entidad no tiene de hecho ningún peso porque en 2016 fue declarada en desacato por el gobierno que encabeza Maduro.

De acuerdo con la oposición, más de 20.000 voluntarios se habían inscrito en sólo dos horas en una página web creada para colaborar en el proceso de entrada de la asistencia. Guaidó también aseguró que en los próximos días se abrirán otros centros de acopio –uno en Brasil y otro en una isla caribeña que aún no se ha definido–, que se sumarán al que está instalado desde la semana pasada en la ciudad colombiana de Cúcuta.

A raíz de esto, el gobierno de Maduro decidió aumentar la presencia militar en la frontera entre Colombia y Venezuela. El ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino López, aseguró ayer que la “presencia reforzada” de militares en la frontera no es por el “show” de la ayuda humanitaria, sino para el refuerzo debido a “los delitos y los males que vienen de Colombia”. En declaraciones recogidas por el diario venezolano El Universal, el militar aseguró: “Si hubiera buena fe, estaríamos viéndolo de manera distinta. Pero es una aberración. Está reforzada por los delitos y los males que vienen de Colombia”, y agregó: “Si quieren ayudar hagan como Venezuela, que acaba de mandar un barco por instrucciones de nuestro comandante en jefe, Nicolás Maduro, con materiales de construcción a Cuba, donde hubo un fenómeno meteorológico que afectó varias viviendas”.

Por su parte, el presidente Maduro, que en los últimos días recorrió varias unidades militares del país para reforzar el apoyo de las fuerzas armadas a su gestión, envió una carta a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para solicitar apoyo y solidaridad ante la crisis que atraviesa el país. Según informó la agencia de noticias Efe, en su mensaje al secretario general de la OPEP, el nigeriano Mohammed Barkindo, Maduro denunció la intromisión de Estados Unidos en los asuntos internos de Venezuela. La misma fuente informó que no trascendió una respuesta de la OPEP, organización de la que Venezuela es miembro fundador.

Pero este no fue el único movimiento del gobierno de Maduro a nivel internacional. El canciller Jorge Arreaza se reunió anoche con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el portugués António Guterres, para tratar la situación venezolana. Desde que se agudizó la crisis política en la nación bolivariana la entidad internacional mantuvo una posición neutral, pero ha llamado a “despolitizar” el suministro de ayuda y a garantizar que los alimentos y medicinas puedan llegar a quien los necesita.

También ayer se refirió a la situación venezolana el presidente boliviano, Evo Morales, uno de los más firmes defensores de Maduro en la región. En una publicación en su cuenta en Twitter dijo: “Hacemos un llamado a los hermanos presidentes de Latinoamérica y del mundo para seguir buscando una solución pacífica para la situación de #Venezuela. No podemos ser responsables de una guerra entre hermanos, que además atentaría contra las normas del derecho internacional”.

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