El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró que pretende cambiar el nombre del país, en una acción que tiene como propósito olvidar el pasado colonial.

Según informó el diario Manila Bulletin, durante un discurso que dio en la localidad de Buluán, en la provincia de Maguindánao, donde entregó certificados de propiedad de tierras, Duterte afirmó que su país recibió su nombre en honor al rey español Felipe II, que financió el viaje del descubridor portugués Fernando de Magallanes. “Cuando ese tonto arribó aquí, le puso al país el nombre de Filipinas, pero no es nada grave, algún día lo cambiaremos”, advirtió el presidente, quien retomó una idea que en su momento fue propuesta por un senador durante la dictadura de Ferdinand Marcos, quien gobernó a la nación asiática entre 1965 y 1986.

“Marcos tenía razón, quería cambiarlo a Maharlika, porque es una palabra malaya que está más relacionada con el concepto de serenidad y paz”, dijo Duterte. Maharlika significa literalmente “noblemente creado” y, según establecen algunos historiadores filipinos, el término está arraigado en el patrimonio del país mucho antes de que llegaran los colonialistas occidentales.

De todas maneras, la iniciativa no será fácil de implementar, más allá de la voluntad del mandatario. Durante una conferencia de prensa realizada ayer y emitida por la televisión pública filipina, el portavoz presidencial Salvador Panelo dijo que “el nombre ‘Filipinas’ se menciona específicamente en la Constitución del país, por lo que podría ser necesario modificar la Constitución antes de que el país pueda cambiar su nombre”.

Panelo –quien además de portavoz es asesor jurídico de Duterte– dijo que cambiar el nombre del país será un asunto tedioso. “Veamos cómo evoluciona este asunto”, después de todo, dijo que “el presidente estaba expresando una idea”. El funcionario agregó que el asunto del cambio de nombre “no será fácil”, ya que una mera legislación o una orden ejecutiva no serían suficientes para llevarlo adelante.