El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pronunció ante el Congreso el esperado discurso anual del Estado de la Unión, en el que promovió que los legisladores trabajen “no como dos partidos” sino como “una nación”. El discurso, que sirve a los gobernantes para marcar las prioridades del gobierno al inicio de cada año, se hizo con una semana de retraso debido al cierre parcial de la administración de Trump –el más largo de la historia del país– que terminó de forma temporal el 25 de enero. La paralización del gobierno se produjo después de que los partidos Republicano y Demócrata no lograran ponerse de acuerdo sobre el presupuesto de 2019. En particular, los congresistas demócratas se negaron a incluir los fondos que exigía el presidente para financiar el muro en la frontera con México.

A pesar de los múltiples llamados a la unidad y a generar iniciativas “bipartidistas”, Trump insistió el martes de noche en su posición sobre el polémico muro y aseguró que lo construirá. “En el pasado, la mayoría de la gente en este salón votó a favor de un muro, pero nunca se construyó uno apropiado. Yo lograré construirlo”, afirmó el presidente ante el Congreso. El jefe de la Casa Blanca argumentó que “año tras año innumerables estadounidenses son asesinados por extranjeros ilegales criminales” y calificó de “salvaje” a la mara salvadoreña MS-13. “La tolerancia hacia la inmigración ilegal no es compasiva, es cruel”, agregó.

En materia de política exterior, Trump defendió su acercamiento diplomático a Corea del Norte y dijo que si él no hubiera sido elegido presidente de Estados Unidos, el país estaría “ahora mismo en una guerra enorme” con el país asiático, con “millones de personas potencialmente asesinadas”. De paso, aprovechó para anunciar que los próximos 27 y 28 de febrero mantendrá una segunda cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Vietnam. El objetivo, dijo, es conseguir “la paz en la península coreana”.

Además, Trump abrió la puerta a negociar un nuevo acuerdo nuclear con Rusia, después de haber abandonado el sábado el tratado conocido como INF –por su sigla en inglés–, destinado a eliminar todos los misiles nucleares y convencionales de corto y mediano alcance. Ese nuevo acuerdo incluiría a China y a “otros” países, precisó el presidente.

Por otra parte, el mandatario estadounidense defendió las sanciones impuestas contra Irán y su decisión de desvincularse del tratado nuclear con ese país, al que acusó de ser “el principal patrocinador estatal del terrorismo”. Trump también dijo que “llegó la hora de intentar la paz en Afganistán” y presumió de que su gobierno logró que se “aceleren las negociaciones para alcanzar un acuerdo político” en ese país.

En cuanto a las actuaciones de Estados Unidos en Medio Oriente, Trump aseguró que las tropas estadounidenses “han liberado prácticamente a todo el territorio en Siria e Irak de las garras de los asesinos del [grupo yihadista] Estado Islámico [EI]”. Al mismo tiempo, defendió la decisión que anunció en diciembre de retirar a sus militares de Siria. “Es hora de dar a los valientes guerreros una cálida bienvenida a casa”, señaló.

Finalmente se refirió a la crisis política en Venezuela y recibió aplausos de pie cuando manifestó que Estados Unidos “reconoce oficialmente al gobierno legítimo de Venezuela y a su nuevo presidente interino, Juan Guaidó”, en referencia al opositor titular de la Asamblea Nacional venezolana y autoproclamado “presidente encargado”. “Estamos con el pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad y condenamos la brutalidad del régimen de Maduro, cuyas políticas socialistas han hecho que esa nación pase de ser la más rica de Sudamérica a quedar en un estado de pobreza extrema y desesperación”, agregó el gobernante.

Desde el punto de vista comercial, Trump dijo que está trabajando con el presidente chino, Xi Jinping, para lograr un nuevo acuerdo que “debe incluir un cambio real y estructural para poner fin a las prácticas comerciales desleales, reducir el déficit comercial crónico y proteger los empleos”. El presidente también celebró el nuevo pacto comercial alcanzado en noviembre entre Estados Unidos, México y Canadá para sustituir al “catastrófico” Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El discurso del Estado de la Unión de Trump, el segundo que realiza desde que asumió su mandato, incluyó cuestiones vinculadas con la salud y las mujeres. En materia de salud, anunció tres cuestiones: terminar en el plazo de una década con “la epidemia del VIH” en el país, destinar fondos públicos a la lucha contra el cáncer infantil y reducir los precios de los medicamentos que requieren receta.

En relación a las mujeres, hizo declaraciones ambiguas. Primero destacó que “exactamente un siglo después de que el Congreso aprobara la enmienda constitucional que otorga a las mujeres el derecho a votar”, el Legislativo tenga hoy “el mayor número de mujeres” ocupando las bancas. Por otra parte, les pidió a los congresistas que aprueben una legislación para prohibir el aborto en etapas tardías. “Trabajemos juntos para construir una cultura que valore la vida inocente”, exhortó Trump, y lamentó que haya procedimientos que puedan causar “dolor” a los fetos. Agregó: “Todos los niños, nacidos y no nacidos, están hechos a la santa imagen de Dios”.