Una investigación realizada en el marco del Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado, revelada por el diario inglés The Guardian, concluyó que una organización de beneficencia presidida por el príncipe Carlos de Inglaterra recibió tres donaciones, por un importe total de 200.000 dólares, procedentes de una red de blanqueo de dinero ruso. Los aportes fueron hechos por intermedio de Troika Dialog, el primer banco ruso de inversiones.
Según informó el periódico, las donaciones realizadas a la Prince’s Foundation se hicieron gracias al vínculo personal de Carlos con el multimillonario financista armenio Ruben Vardanyan –ex director de Troika Dialog–, quien mantiene estrechos vínculos con el presidente ruso, Vladimir Putin. El dinero donado sirvió para “preservar la herencia arquitectónica británica” y contribuyó en última instancia a la adquisición de la Dumfries House, en Escocia, cuya compra se convirtió en una cruzada personal del príncipe de Gales por su interés artístico. Para comprarla, se recaudó el equivalente a 50 millones de euros y se pidió un préstamo de 23 millones que causaron temporalmente un enorme desbalance en las arcas de la organización. A su vez, mediante su propia organización de beneficencia, registrada en Reino Unido, Vardanyan financió con 1,8 millones de euros la reconstrucción de The Main’s, uno de los edificios aledaños a la mansión de Dumfries, para convertirlo en 16 apartamentos privados para turistas.
De acuerdo a lo informado por The Guardian, las donaciones se hicieron por intermedio de una rama independiente del banco de inversiones ruso, en un escándalo bautizado ya como la Lavadora Troika, que reavivó la preocupación por la influencia del dinero ruso en la alta política británica. “Estamos hablando de la tubería que ha permitido desviar los beneficios de la cleptocracia rusa hacia Occidente”, dijo a The Guardian el activista anticorrupción Bill Browder.
Se estima que pudo blanquearse un total de 4.200 millones de euros usando como cortina el banco Troika Dialog y mediante una complejísima trama que involucró la creación de más 70 empresas con sede en paraísos fiscales y con cuentas abiertas en varios países. Uno de estos es Lituania, cuya fiscalía está examinando los documentos para decidir si abre una investigación.
Los primeros 100.000 dólares con destino a la organización del príncipe Carlos, que los recibió en 2009, provinieron de la cuenta personal de Vardanyan, pero fueron transferidos precisamente desde una cuenta en Lituania en el banco Ukio (que cerró en 2013 por insolvencia) que se encuentra a nombre de una compañía registrada en las Islas Vírgenes británicas, Quantus Division Ltd. Los otros dos pagos (de 50.000 dólares y 33.000 dólares) se efectuaron desde el banco Coutts, en el Strand de Londres, en 2010 y 2011, respectivamente.