El gobierno de Nueva Zelanda criticó al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, por difundir en actos de campaña electoral imágenes de los ataques cometidos el viernes en dos mezquitas de la ciudad de Christchurch, en los que murieron 50 personas. Así lo hizo Erdogan varias veces durante el fin de semana.

El presidente turco está haciendo campaña a favor de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco) para las elecciones locales del domingo 31. En ese marco, dijo durante un acto que enviará a su casa “en un ataúd” a cualquiera que intente un ataque de ese tipo en Turquía. Afirmó que lo que ocurrió en Nueva Zelanda no fue obra de un atacante solitario, sino que se enmarca dentro de un contexto mundial de islamofobia. “Esto no es un acto individual, esto está organizado”, dijo Erdogan.

El ministro de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Winston Peters, reprochó a Erdogan por usar imágenes del ataque a las mezquitas, alegando que eso podría poner en peligro a los neozelandeses en el extranjero, particularmente a aquellos que están en países con mayoría de población musulmana.

Durante los actos, según informó el diario inglés The Guardian, Erdogan mostró imágenes grabadas por el atacante, el australiano Brenton Torrant, de 28 años, quien transmitió la masacre en vivo a través de Facebook. El presidente turco también exhibió en pantallas gigantes extractos de un manifiesto, supuestamente preparado por Torrant, que afirma que quería expulsar a los turcos de la región europea del noroeste de Turquía, donde se encuentra la ciudad de Estambul.

“Hemos estado aquí durante mil años y estaremos aquí hasta el apocalipsis, si Dios quiere”, afirmó Erdogan ayer, durante un acto en el que se conmemoró la batalla de Galípoli, en 1915, en el marco de la Primera Guerra Mundial. En aquel enfrentamiento, los soldados del Imperio Otomano derrotaron a las fuerzas lideradas por los británicos, que también incluían a combatientes australianos y neozelandeses, quienes trataban de apoderarse de esa península, una puerta de entrada a Estambul, la ciudad más importante del país. “No podrán convertir Estambul en Constantinopla”, agregó, desafiante, Erdogan, refiriéndose al nombre que tenía la ciudad bajo el mandato del Imperio Bizantino, antes de que fuera conquistada por los turcos en 1453.

En las elecciones municipales del 31 de marzo la coyuntura no es la mejor para el partido gobernante. Actualmente la economía de Turquía está pasando por un momento difícil, con una inflación cada vez más alta y una fuerte crisis en el sector de la construcción, situaciones que generan malestar de los votantes con el oficialismo.