El escenario electoral argentino se encamina a polarizarse en las elecciones presidenciales del 27 de octubre, dividido entre el intento de reelección de Mauricio Macri y el contrincante que presente el peronismo, pero el complejo camino hasta ese final simplificado está en pleno proceso de elaboración. Más aun teniendo en cuenta que en el medio del proceso electoral, el 11 de agosto, se votará en las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), en las que quedará definido el cuadro de aspirantes a la presidencia.

La semana pasada, durante un congreso nacional del Partido Justicialista (PJ) en el gimnasio del club Ferro Carril Oeste, en Buenos Aires, los peronistas llegaron a un acuerdo e hicieron un amplio llamado para conformar un gran “frente patriótico”, para así poder derrotar a Macri en octubre. Ese llamado incluyó a los gobernadores provinciales pertenecientes al variado espectro político peronista y también al ex jefe de Gabinete kirchnerista, Sergio Massa, quien desde hace un largo tiempo comenzó a apostar por su candidatura propia luego de crear el Frente Renovador.

Si bien el nombre de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner apenas fue mencionado en el cónclave peronista de la semana pasada y más allá de la resistencia que presenta en algunos sectores partidarios, su eventual postulación es una de las posibilidades. Los contactos políticos entre sus partidarios y los otros frentes del PJ son permanentes, y por ahora Fernández mantiene una actitud prudente y de espera. Algunos aseguran que está dispuesta a dar un paso al costado si aparece otro candidato con la fuerza suficiente para vencer a Macri en octubre, pero de acuerdo con los sondeos de las últimas semanas, el nombre de la ex presidenta sigue teniendo fuerza en el electorado argentino.

Otro potencial candidato peronista es Roberto Lavagna, ex ministro de Economía desde 2002 hasta 2005, durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. El ex ministro fue candidato presidencial independiente en las elecciones de 2007, en las que quedó tercero, detrás de Cristina Fernández y Elisa Carrió. Lavagna, de 78 años, genera menos resistencias en la interna que la ex mandataria, pero no tiene su carisma y su nombre resulta lejano para buena parte del electorado.

Sin embargo, este experimentado político y economista también está en proceso de tejer alianzas; en ese proceso, ayer almorzó con Marcelo Tinelli. El empresario mediático quiere desde hace tiempo entrar en el mundo de la política luego de su frustrado intento de gobernar la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), y su eventual apoyo a Lavagna podría significar un acercamiento al arco opositor al gobierno de Macri, a quien Tinelli criticó con dureza hace pocos días, al igual que a la ex mandataria.

“Macri y Cristina son dos caras de la misma moneda. Los dos tienen picado el boleto”, afirmó Tinelli el viernes durante una entrevista en el programa radial Basta de todo, emitido por FM Metro. El ex presidente de San Lorenzo, además, se definió como “peronista” y afirmó que la clase media “está mal”.

Otro elemento presente en el largo camino hacia octubre son las elecciones provinciales, que se separaron de las presidenciales y se presentan como escenarios de medición de fuerzas de los diferentes sectores. El domingo hubo elecciones en la provincia de Neuquén, donde fue reelecto el actual gobernador, Omar Gutiérrez, un político perteneciente al Movimiento Popular Neuquino, el partido que gobierna la provincia desde 1963.

Gutiérrez obtuvo 40% de los votos contra el 26% que reunió su oponente más directo, el candidato del kirchnerismo, Ramón Rioseco. En tercer lugar quedó el postulante más cercano al gobierno de Macri, Horacio Quiroga, un radical que formó parte de la alianza electoral Cambiemos, por la que fue electo también el presidente.

Los resultados de Neuquén, provincia que representa a 1,33% del electorado argentino, tuvieron diferentes lecturas. Los sectores afines al macrismo los celebraron como una derrota política de la ex presidenta. Para los kirchneristas, más allá de la frustración de no haber podido acceder al gobierno provincial cuando tenían expectativas de hacerlo, la votación reflejó un fuerte rechazo del electorado hacia el gobierno nacional. En ese sentido, Andrés Cuervo Larroque, dirigente afín a la ex presidenta, dijo a la radio 990: “Hicimos una muy buena elección. Naturalmente, había una expectativa de ganar por lo que decían las encuestas”. A continuación agregó: “Pero los que deben tomar nota del resultado son los miembros del gobierno nacional. En la franja nacionalizada de la elección, Unidad Ciudadana sacó diez puntos más que el candidato de Cambiemos”.

Similar fue la valoración de los comicios neuquinos que hizo Sergio Massa: “Hay un enorme rechazo a las políticas del gobierno nacional. Hay un rechazo a la política tarifaria, a la timba financiera. Casi 70% de los neuquinos votó en contra de la política nacional, y esto tiene que ver con el maltrato al federalismo”.