Todo empezó el lunes cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, contó que a principios de mes le había enviado al rey de España una carta en la que lo instaba a hacer una “revisión histórica” y a pedir disculpas por lo que pasó durante “la llamada conquista” de América. “Sobre todo, que se reconozcan los agravios que se cometieron y sufrieron los pueblos originarios”, insistió el gobernante de izquierda en un acto celebrado en el estado de Tabasco –al sureste del país– para conmemorar el 500º aniversario de la Batalla de Centla. Sólo así, agregó, los dos países podrán avanzar hacia una reconciliación.

El lugar y el momento de las declaraciones no fueron elegidos al azar: aquella batalla, ocurrida el 14 de marzo de 1519, constituyó el primer choque armado entre los mayas del actual estado de Tabasco y los españoles de Hernán Cortés, que después de ganar continuaron su avance hasta la conquista de Tenochtitlán –actual Ciudad de México– en 1521. López Obrador dijo el lunes que todavía hay “heridas abiertas” de la conquista de México, por lo que “es mejor reconocer que hubo abusos y se cometieron errores”, es “mejor pedir perdón y, a partir de esto, buscar hermanarnos en una reconciliación histórica”.

El presidente mexicano resaltó que no se trató sólo del encuentro de dos culturas, como muchas veces se quiere retratar, sino que fue “una invasión” en la que hubo “actos de autoritarismo, de avasallamiento” y “se impuso una cultura sobre otra”. Tanto es así, explicó, que se construyeron las iglesias católicas encima de los templos de los pueblos originarios.

Una carta similar fue enviada al papa Francisco. López Obrador recordó que el pontífice pidió perdón en 2015, durante una visita a Bolivia, “no sólo por las ofensas de la propia iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América”, y dijo que quiere que también lo haga en México en 2020.

López Obrador aclaró que su petición no tenía como propósito “resucitar estos diferendos”, sino ponerlos al descubierto para que a partir de esto pueda sellarse una reconciliación. “Eso es lo que le estamos pidiendo al rey de España y al papa Francisco, que en 2021, cuando se van a conmemorar 500 años de la toma de Tenochtitlán y 200 años de nuestra independencia, podamos hacer un acuerdo general a partir del perdón y buscando la reconciliación histórica”, resumió. El mandatario agregó ayer que esas disculpas tienen que darse en un acto público.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, durante una conferencia de prensa en el Palacio Nacional, en Ciudad de México.

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, durante una conferencia de prensa en el Palacio Nacional, en Ciudad de México.

Foto: s/d de autor

La solicitud de López Obrador fue rechazada de inmediato por el gobierno español, que en un comunicado argumentó que “la llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”. El martes, la vicepresidenta, Carmen Calvo, agregó que el rey “no tiene que pedir perdón a ningún país”.

Las declaraciones del presidente de México también fueron criticadas por los principales partidos españoles de la derecha. El líder del Partido Popular, Pablo Casado, las calificó de “inadmisibles” y exigió al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que le diga a López Obrador que España “no acepta difamaciones”. Ayer, en un acto electoral, el dirigente fue más allá y dijo que, si llega al gobierno de España, el año que viene celebrará el 500º aniversario de la llegada de Hernán Cortés a México, “como hacen las grandes naciones, las que han contribuido al descubrimiento de otros pueblos, y con orgullo”.

También el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, calificó de una “ofensa intolerable al pueblo español” las cartas del presidente mexicano. “Así actúa el populismo: falseando la historia y buscando el enfrentamiento”, dijo en Twitter. En cambio, los partidos Podemos e Izquierda Unida se mostraron de acuerdo con el planteo de López Obrador.

En territorio mexicano, el pedido del presidente fue criticado por partidos de distintas tendencias ideológicas (Partido Revolucionario Institucional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano), en el entendido de que, si bien la conquista de América fue una etapa violenta, con el paso de los siglos el vínculo entre los dos países evolucionó en una “relación cordial, de colaboración, e incluso de asistencia”, como dijo la diputada de Movimiento Ciudadano Martha Tagle.

En una conferencia de prensa en Tijuana, y ante la pregunta sobre cómo interpretaba la polémica que desató su petición, López Obrador dijo ayer que la respuesta fue “exagerada”, lo que para él demuestra que el tema “está ahí, subterráneo”. En la misma línea, consideró que la “polémica” es buena porque “lleva a revisar” el pasado. “Esto es muy importante”, reflexionó, “porque el que no sabe de dónde viene difícilmente va a saber a dónde va. La historia es la maestra de la vida”.