La mitad de Venezuela amaneció ayer por tercer día consecutivo sin energía eléctrica, un problema que provocó graves consecuencias en la atención de salud, las comunicaciones y el transporte. También afectó la refrigeración de alimentos en las casas y los comercios, obligó a suspender las clases el viernes y hoy, causó la cancelación de vuelos en el aeropuerto de Caracas e incluso dejó sin suministro de agua a miles de hogares.
El apagón comenzó el jueves de tarde, cuando se registró una falla en la central hidroeléctrica de Guri, la más importante del país, que abastece del servicio a cerca de 70% del territorio. El gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, dijo que el desperfecto fue producto de un “sabotaje”. El suministro se reanudó el viernes en parte de la capital venezolana y varias zonas del país, pero se volvió a cortar el sábado al mediodía. Decenas de localidades permanecían ayer a oscuras desde entonces.
Maduro reiteró que esa segunda falla ocurrió por un “nuevo ataque cibernético” y responsabilizó a Washington. “Recibimos un nuevo ataque cibernético internacional contra el cerebro automatizado del sistema eléctrico que tumbó todo el proceso de reconexión”, dijo ante cientos de seguidores en la sede de la presidencia. “Descubrimos en esta oportunidad que estaban realizando ataques de alta generación científica, de alta tecnología, ataques electromagnéticos contra las líneas de transmisión eléctrica”, agregó, y denunció que el ataque fue ejecutado con “tecnología de alto nivel que sólo tiene el gobierno de Estados Unidos”.
Por su parte, el líder opositor y autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, atribuyó las fallas a la falta de inversiones y de técnicos especializados, a la corrupción y a la mala gestión del servicio eléctrico por parte del gobierno. El dirigente anunció ayer que en una sesión extraordinaria convocada para hoy solicitará a la Asamblea Nacional –el Parlamento, de mayoría opositora– que decrete el “estado de emergencia” para hacerle frente a la “catástrofe” que atraviesa el país por el apagón. Guaidó no aclaró qué acciones implicaría la eventual adopción de esa medida, aunque adelantó que su equipo mantiene “conversaciones” con una empresa alemana con capacidad para proveer de manera inmediata plantas eléctricas y otros insumos necesarios para estabilizar el sistema.
El sábado, durante el nuevo corte de luz, se desarrolló en Caracas una manifestación convocada por Guaidó, que reunió a miles de personas. “Nos apagaron la luz, pero no estamos ciegos”, se leía en el cartel de uno de los participantes de la protesta, que la Policía intentó disolver con gases lacrimógenos, según informó la agencia de noticias Efe. En medio de la concentración, el líder opositor anunció que iniciará una gira por el país para reunir nuevos seguidores en su intento de desplazar a Maduro del poder. Precisó que anunciará la fecha y la hora de sus visitas un poco antes de cada cita para evitar que lo “tranquen”.
Por su parte, Washington respondió el mismo viernes a las acusaciones de Maduro. En un encuentro con periodistas, el enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams, dijo que el apagón es “un recordatorio de que la infraestructura del país, que una vez fue sofisticada, ha sido saqueada y se ha deteriorado bajo la mala administración de Maduro”. El funcionario advirtió que para los venezolanos “esto es mucho más que un inconveniente” y que afecta la seguridad “en un país ya peligroso”, así como la atención para salvar vidas en los hospitales. De hecho, la organización civil Médicos por la Salud denunció el sábado que la falta de suministro de energía y la carencia de plantas de respaldo provocaron la muerte de 17 personas en hospitales públicos de Caracas y otras localidades. Lo mismo dijo ayer Guaidó en Twitter.
Por otro lado, Abrams dijo que Estados Unidos intenta presionar a India para que deje de comprar petróleo venezolano y se ponga “del lado del pueblo”, lo que implicaría para Caracas la pérdida de una de sus principales fuentes de ingresos. El mercado indio es clave para la economía de Venezuela, porque es el segundo cliente, después de Estados Unidos. Además, India paga en efectivo por ese petróleo en momentos en que Venezuela enfrenta las sanciones que impuso desde enero Washington. Una de esas sanciones consistió en entregar a Guaidó los ingresos que el petróleo venezolano genera en Estados Unidos.
Anoche el corte de energía en Venezuela continuaba, y Maduro dijo en Twitter que su gobierno estaba haciendo “grandes esfuerzos” para restaurar el suministro eléctrico “de forma estable y definitiva”, aunque no adelantó cuándo se normalizaría la situación.