Junto a varios de sus ministros, senadores y una amplia representación de empresarios, Jair Bolsonaro llegó ayer a Israel. El presidente de Brasil y su comitiva fueron recibidos por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien la semana próxima afrontará unas elecciones en las que intentará lograr su quinto mandato, el cuarto consecutivo. En un discurso que brindó poco después de arribar al aeropuerto de Tel Aviv, Bolsonaro trató a Netanyahu como a un “hermano” y, en hebreo, dijo que ama a Israel.

Pese a la afinidad que existe entre los dos gobernantes, el Ejecutivo brasileño dejó claro ayer que, al menos por el momento, no trasladará su embajada desde Tel Aviv hasta Jerusalén, como promueve Netanyahu. En cambio, de acuerdo con un comunicado divulgado por el Ministerio de Relaciones Exteriores, el gobierno de Bolsonaro ordenó la creación de una oficina comercial en Jerusalén que tendrá la finalidad de “promover el comercio, la inversión y la investigación” y “que será parte de su embajada en Israel”.

Este anuncio significa una marcha atrás de Bolsonaro, quien durante la campaña electoral afirmó que trasladaría su embajada a Jerusalén, siguiendo los pasos de Estados Unidos y Guatemala. Esos planes habían generado controversia, no sólo por los implicaciones políticas (Jerusalén es una ciudad que tanto palestinos como israelíes reclaman como su capital y existen resoluciones internacionales al respecto). Países integrantes de la Liga Árabe le hicieron saber al presidente de Brasil que un traslado de la embajada repercutiría en las relaciones con los integrantes de este bloque. Desde el punto de vista comercial, algo similar ocurrió con el poderosísimo lobby cárnico brasileño, que es el principal exportador mundial de carne halal, es decir, apta para el consumo de acuerdo con las leyes religiosas islámicas.

Según informó la agencia de noticias Reuters, el primer ministro israelí expresó su deseo de que la instalación de esta oficina de Brasil en Jerusalén sea el primer paso que lleve a una posterior apertura de la embajada en la ciudad. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas y la mayor parte de la comunidad internacional, Jerusalén no es de soberanía exclusiva de Israel, sino que su zona este es considerada territorio palestino.

Durante este viaje oficial está previsto que Bolsonaro visite la zona occidental del Muro de los Lamentos, así como el Museo del Holocausto. A su vez, el ministro de Relaciones Exteriores brasileño, Ernesto Araújo, se reunió con su par isaelí, Yisrael Katz, quien le pidió a Araújo que Brasil implemente medidas políticas y económicas contra Irán. El gobierno israelí argumenta que estas medidas son necesarias para aumentar la presión sobre el gobierno de ese país, a fin de que detenga su programa nuclear y el apoyo que, según afirma, le presta al terrorismo internacional.

“Israel y Brasil son verdaderos amigos que comparten valores comunes, y fortaleceremos la cooperación entre nuestros dos países”, afirmó Katz en su cuenta de Twitter luego del encuentro con Araújo, en el que se firmaron dos acuerdos, según informó el diario israelí The Jerusalem Post. El primero, en el área de seguridad, “promoverá la cooperación de defensa entre los estados, lo que les permitirá beneficiarse de proyectos militares y de defensa de intereses mutuos, intercambiar tecnologías, capacitación y educación en temas militares”.

El segundo acuerdo, que se centra en los servicios aéreos, “contribuirá al progreso de la aviación civil internacional y al establecimiento y operación de servicios aéreos entre y más allá de sus territorios”. Según se informó oficialmente, “como parte de este acuerdo, los estados se facilitarán y darán derechos a los demás servicios aéreos internacionales”.

Paralelamente se suscribieron otros documentos. El Ministerio de Seguridad Pública israelí acordó con Brasil aumentar la cooperación en acciones contra el crimen organizado y el terrorismo transnacional. El convenio “permite la colaboración relacionada con la seguridad ciudadana, la aplicación de la ley contra el crimen organizado y el crimen grave, la prevención del delito, las investigaciones, la inteligencia policial, la gestión de situaciones de crisis y emergencias”. Como parte de ese acuerdo, el gobierno israelí enviará un representante a Brasil para trabajar sobre trata de personas, lavado de dinero, comercio de armas y drogas, delitos informáticos, seguridad nacional y seguridad de infraestructura.

El ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, dijo que las fuerzas de seguridad internas de Israel están a la vanguardia de la batalla contra el terrorismo y los delitos graves. Agregó que la Policía israelí ha adquirido un tremendo conocimiento y experiencia en ambos ámbitos. En opinión del ministro, existe un gran potencial para la cooperación conjunta que mejorará la seguridad personal tanto de los ciudadanos de Israel como de los de Brasil.