El Partido Demócrata de Estados Unidos evalúa la posibilidad de impulsar un juicio político contra el presidente Donald Trump. La iniciativa surgió a partir de que se presentara en el Congreso, la semana pasada, una versión resumida del informe que elaboró el fiscal especial Robert Mueller sobre la llamada “trama rusa”, la supuesta interferencia de Moscú en la campaña electoral de 2016.

En ese documento, resultado de 22 meses de investigación, no se descarta que Trump haya obstruido la investigación del caso en la Justicia, ni que haya hecho declaraciones falsas con la finalidad de manipular y confundir a la prensa y a la opinión pública en general. Si bien el informe de Mueller no llegó a la conclusión de que el presidente cometió un delito, tampoco lo exoneró de toda responsabilidad. El fiscal manifestó en el documento que el Congreso tiene la potestad de determinar si Trump violó la ley, cuestión que los demócratas están analizando en profundidad.

Jerrold Nadler, el presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara de Representantes –la institución que eventualmente encabezará un proceso de juicio político–, dijo que los demócratas seguirán adelante con las investigaciones a Trump en el Congreso y verán “adónde nos llevan los hechos”. En el programa Meet the Press, de la cadena NBC, Nadler dijo que “la obstrucción a la justicia, si se prueba, sería causa de un juicio político” al presidente.

Los demócratas no quieren dar ese paso hasta no estar totalmente seguros de que Trump está implicado en el caso. El presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el demócrata Adam Schiff, dijo en el programa Fox News Sunday: “Esa será una decisión muy importante y una en la que voy a reservar un juicio hasta que tengamos la oportunidad de deliberar sobre ello”. Mientras tanto, según informó la agencia de noticias Reuters, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, advirtió que cualquier esfuerzo por destituir al presidente no tendría posibilidades de éxito en el Senado, ya que esta cámara es liderada por los republicanos.

La trama rusa apunta en particular a la acusación por parte de políticos estadounidenses al gobierno de Vladimir Putin de robar correos electrónicos del Partido Demócrata, que después fueron difundidos por Wikileaks, en la antesala de las elecciones de 2016, con el objetivo de perjudicar a la candidatura de la demócrata Hillary Clinton para ayudar a Trump a ganar las elecciones. Lo que se investiga es si efectivamente hubo algún tipo de coordinación entre el equipo de Trump y el gobierno ruso en la supuesta injerencia electoral.

Por su parte, el presidente estadounidense dijo que el Congreso no puede someterlo a un juicio político por los hallazgos del informe Mueller. “Sólo los delitos graves y las infracciones penales menores pueden llevar a un juicio político. No cometí ningún delito (ni colusión, ni obstrucción) por lo que no se puede hacer un impeachment. Fueron los demócratas quienes cometieron los delitos, ¡no su presidente republicano!”, afirmó Trump en su cuenta de Twitter. Sin embargo, según informó la agencia de noticias AFP, el informe difundido entre los congresistas cita diez episodios que involucran al presidente en hechos que constituirían una potencial obstrucción de la investigación.